Avanza la causa por la venta de carne podrida
JUSTICIA. El presunto líder de una organización aseguró que esta carne se usaba para alimentar cerdos. La fiscal asegura que hay prueba suficiente.
Sergio Valle, el hombre procesado por la Justicia federal de San Francisco como el líder de una asociación ilícita en un caso de adulteración de carne en mal estado que luego era comercializada, negó los hechos que se le adjudican y aseguró que toda su actividad se relacionaba con la cría de cerdos.
Valle, procesado en los últimos días junto a otras cuatro personas, rechazó que vendiera a carnicerías la carne que obtenía de ganados de la zona, la cual indicó era para alimentar a los cerdos ya que –según dijo- tenía un criadero en Colonia San Pedro, población ubicada en el departamento San Justo, ubicada a 88 kilómetros de San Francisco.
“Jamás vendí carne para consumo”, dijo en declaraciones a El Periódico y cuestionó la actuación de la Justicia Federal, sosteniendo que las escuchas telefónicas reveladas en el procesamiento del juez federal Roque Rebak fueron sacadas de contexto, ya que las conversaciones no se refieren a carne para venta al público.
Al ser consultado sobre por qué apuntaron sobre su persona, explicó que todo se originó con un problema con una mujer que quería quedarse con ocho hectáreas donde se ubica una antigua cremería, de las cuales, según dijo, tomó posesión luego de un fallo judicial que se las otorgaba.
Rebak (juez federal subrogante de San Francisco) procesó a cinco de las nueve personas que fueron imputadas en mayo pasado por esta causa.
Según había determinado la fiscal federal María Marta Schianni, quien subroga al fiscal Luis Viaut (de licencia) y llevó adelante la investigación, el circuito de la carne adulterada comenzaba en la compra de ganados enfermos o en ocasiones muertos en proceso de descomposición, que provenían de campos cercanos a Colonia San Pedro.
Siempre según la pesquisa, una vez que se realizaba la faena se seleccionaba parte del animal y se lo limpiaba con productos químicos para disimular su mal aspecto. Luego se los embolsaba y se los acondicionaba en un frigorífico que se encontraría en un galpón donde se presume que anteriormente funcionaba una cremería, para luego ser trasladado en camionetas hasta la localidad santafesina de Frontera, separada por una calle de San Francisco.
La acusación
Para la Justicia Valle ordenaba las actividades a realizar, planificaba las operaciones y distribuía los cortes cárnicos obtenidos de la faena que eran – siempre según la resolución del juezadulterados mediante la implementación de lavandina y sulfito, para disimular su mal estado y coloración, para lo cual se sumergían en grandes tachos.
También fueron procesados Javier Rodolfo Besuzzo (47), María de los Ángeles Macagno (45) y Gisel Soledad Valle (30), hallados supuestos coautores de los delitos de asociación ilícita. A estos se les suma Maximiliano Valle (34), quien –dice la resolución- conociendo del mal estado de los animales que se faenaban los comercializaba de igual manera al público. En su caso, se le dictó la falta de mérito como integrante de la asociación ilícita, pero sí fue procesado por poner a la venta sustancias alimenticias adulteradas .
La fiscal Schianni explicó a La Voz que se acreditó que la carne secuestrada se distribuyó en la carnicería de uno de los procesados y que existen conversaciones que lo avalan, además de secuestrarse sulfito y otros químicos.