A juicio. Jefe policial, acusado por detenciones ilegales
JUSTICIA. Se trata de un exsubcomisario de la localidad de Luque, que también está sospechado de falsificar sumarios judiciales.
Arrancó el juicio contra un jefe de la Policía de Córdoba que se desempeñaba en la comisaría de Luque, a 100 kilómetros de la ciudad de Córdoba, quien está acusado de varios delitos graves. Según la investigación, Eduardo Armando González está sospechado de detener a una persona sin orden judicial ni causa que lo justificara, también de apuntarle con el arma a otra persona y de falsificar sumarios judiciales.
Mientras se tramita el juicio con jurados en la Cámara 4ª del Crimen de la ciudad de Córdoba, el funcionario policial continúa detenido con prisión preventiva en la cárcel de Bouwer. Fue capturado en julio de 2019 por orden de la Fiscalía de Río Segundo, en ese momento a cargo de Patricia Baulies (hoy de licencia).
Tras la declaración de varios testigos, se espera que, en la próxima audiencia, fijada para el próximo 13 de este mes, se inicie la ronda de alegatos. Una fuente judicial con acceso al expediente indicó que “a González se le iba la mano, especialmente con personas que eran violentas con sus parejas”. Según esta fuente, en un caso detuvo a una persona sin orden judicial, y en otra ocasión obligó a un presunto agresor a irse de Luque. Todo sin dejar que interviniera la Fiscalía de Río Segundo.
Todos los hechos habrían ocurrido entre marzo y abril de 2019, mientras González estuvo a cargo de la comisaría de Luque. La denuncia contra el jefe policial fue radicada por un subalterno.
El abogado del acusado, Gastón Schonfeld, dijo a La Voz que su cliente es inocente y aseguró que su proceder se ajustó a las reglas. Sobre la presunta detención ilegal, indicó: “No hubo una detención sin orden, sino una aprehensión excepcional prevista en el Código Procesal Penal de Córdoba”.
El letrado señaló que tampoco existieron los hechos de abuso de autoridad que se le imputan a su cliente e inscribió todo dentro de una interna policial. “Ha quedado acreditado que hay personas que no querían que mi cliente siguiera trabajando en esa comisaría porque no compartían su forma de trabajo. A González lo denunció una compañera de trabajo. Esto deja a las claras que había una interna contra él”, señaló.
El abogado dijo que, cuando González se hizo cargo de la comisaría, entre otras medidas, reorganizó al personal, debido a que supuestamente había constatado que algunos funcionarios trabajaban sólo dos o tres días a la semana.
Arma en la cabeza
En la investigación se señala que en una ocasión González le colocó el arma en la cabeza a una persona, mientras supuestamente asistía a una mujer que era atacada por su pareja. Esto fue luego de que una vecina denunció el hecho.
“Mi defendido llegó al lugar y vio al hombre con un cuchillo en la mano, amenazando a la mujer, y apuntó al hombre”, dijo Schonfeld. Esto, según el abogado, fue ratificado por la víctima en el juicio.
“Se trató de un hecho de extrema violencia. Su actuación evitó que pasara a mayores. No efectuó ningún disparo y luego retiró a la mujer del domicilio y trasladó al acusado a la comisaría”, señaló.
En este contexto, una agente de esa comisaría dijo que González la obligó a buscar a la mujer para que instara acción penal contra el hombre. “No fue así”, dijo el abogado.
En 2012, González fue acusado de vejámenes contra unos jóvenes menores de edad. En esa ocasión, dos carreros habrían visto cómo González, junto con otros tres policías, “picaneaban” a unos adolescentes en el río Xanaes, en Río Segundo.
Todos fueron imputados del delito de vejámenes, apremios ilegales, privación ilegítima de la libertad, coacción calificada y lesiones leves calificadas.