La sibila de Olivos
Acasi dos décadas de la destrucción de las Torres Gemelas, la inminente congresista argentina Victoria Tolosa Paz asevera ahora que aquel monstruoso atentado terrorista hubiese sido previsible con una lectura atenta de la “carta astral de los Estados Unidos”.
Tolosa Paz declaró en un programa de televisión que conduce Alejandro Fantino que cree en las condiciones predictivas de la astrología; que la historia argentina se explica por el signo zodiacal imperante el día que se declaró la Independencia, y que el destino de las personas –y aun de los países– está cifrado y puede auscultarse indagando el curso de las constelaciones.
¿Las miles de víctimas de los atentados del 11-S tenían ese destino encriptado en un oráculo al que nunca inquirieron? Tolosa Paz añadió que también relojeando sus cartas órficas pudo haberse anticipado el mundo financiero a la gran depresión de la década de 1930.
Tolosa Paz ya tiene asegurada una banca en el Congreso de la Nación. Encabeza la lista que impulsan Alberto Fernández y Cristina Kirchner en las primarias del domingo próximo. Aunque una avalancha de votos en su contra pretendiera impedirlo infligiéndole la más portentosa de sus derrotas, lo mismo entrará al Parlamento y ocupará, con sus cartas astrales bajo el brazo, una banca en representación del pueblo argentino.
Es cierto que su insinuación frívola sobre los atentados del 11-S hiere cualquier dejo de respeto por las víctimas. No es, con todo, el peor caso en su multiforme fuerza política: en su momento, Hebe de Bonafini se congratuló de manera explícita con esos asesinatos, en nombre de los derechos humanos.
Tolosa Paz no parece, sin embargo, ser una nueva cepa de alto riesgo en los coqueteos del peronismo con las doctrinas esotéricas. Conviene recordar la peor.
“En el Club de Corresponsales de Madrid nadie tomaba en serio los relatos de Tony Navarro, creyendo que eran desplantes de su imaginación fogosa. Un mediodía a fines de junio, Tony llegó al Club con un informe de ochocientas páginas y leyó en voz alta algunos fragmentos al azar. Los delirios de aquel libro, cuyo título era Astrología Esotérica, superaban con creces las versiones de Tony. Esa fue la primera vez que oí el nombre de José López Rega”, escribió Tomás Eloy Martínez, en Caracas, en el invierno sombrío de 1975.
La literatura de Martínez es profusa en descripciones del oscuro secretario del último Juan Perón.
Lo siniestro del verdadero López Rega puso al límite la escritura de Martínez, que fluía con sutileza de la realidad a la ficción. Un método que extremó en un cuento breve en el que Perón sueña con la muerte.
En el relato, López Rega induce a Perón a encontrar augurios en ese espacio de niebla que existe entre el sueño y la vigilia. Le siembra la duda sobre algunas frases crípticas que pudo haber escuchado. Las enuncia con precisión –a sabiendas de que Perón las ignora– sólo para que las niegue.
“Las dije para que el General se quedara pensando”, explica López Rega.
“¿Qué ganará usted con eso?”, le pregunta Martínez.
“El General se pondrá a averiguar de dónde viene el peligro, y cuando lo sepa, rodará la cabeza de algún traidor”.
Nada de esto hay que temer con la flamante sibila de Olivos. Tolosa Paz deslizó en público su afición a los enigmas constelados en la correspondencia astral casi como si estuviese confesando un pasatiempo que la entretiene en el ocio y que un poco, también, la intriga.
Los tiempos también son otros. El valor de la lealtad se ha derrumbado en los códices que veneran los sabios de su tribu. Después de todo, Alberto Fernández es presidente de la Nación por decisión de Cristina Kirchner, y Sergio Massa preside la cámara que albergará a Tolosa Paz. Máximo Kirchner parece haber perdonado a Amado Boudou.
El esoterismo new age de Tolosa Paz es casi inocuo. Insinúa tener por comprobado que en la política se recurre a algunos brujos con más frecuencia que la admitida. Deja inferir que ha visto a políticos hacerse tirar las cartas y revolear unas piedras runas.
Pero nada que pueda inducir a mayor preocupación. Cuando se apaga el sahumerio, salen de correrías, al abordaje del presupuesto público, con implacable racionalidad.
Tolosa Paz cree que el destino de Argentina está encriptado en su carta astral.