La Voz del Interior

Encuestado­res creen que habrá más ausentismo que voto en blanco

Esa sería la manera de canalizar el “voto castigo”. La elección al Congreso récord en Córdoba fue la de senadores de 2003.

- Diego Marconetti dmarconett­i@lavozdelin­terior.com.ar

El voto en blanco suele ser señalado como la herramient­a que tienen los votantes para mostrar su disconform­idad con la clase política. No obstante, para estas elecciones primarias, abiertas, simultánea­s y obligatori­as, distintos encuestado­res piensan que ese mensaje tendrá otra vía: no ir a votar.

Los datos de las elecciones al Congreso Nacional arrojan que desde 1983 a la fecha, la elección que mayor porcentaje en voto en blanco registró en Córdoba fue la de senadores nacionales en octubre de 2003.

Fue la primera elección legislativ­a luego de la profunda crisis de 2001, con el “que se vayan todos” aún repicando en el ambiente.

En esa ocasión, alcanzó al 18,25 por ciento y fue la cuarta opción más elegida. En esa ocasión, ganó la lista de Unión por Córdoba con la dupla Roberto Urquía y Haidé Giri. La tercera banca fue para Carlos Rossi, por el Frente Nuevo.

Ese mismo año, pero en septiembre, se había votado para la Cámara de Diputados. Y fue el tercer registro más alto de voto en blanco desde

1983, alcanzando al 11,16 por ciento de los sufragios.

El segundo fue dos años antes, en la elección a diputados de 2001, cuando el voto en blanco alcanzó el

11,75 por ciento (fue la tercera opción más votada) y los nulos otro 10 por ciento más. Totalizaro­n casi el 22 por ciento.

En las elecciones que se vienen desarrolla­ndo este año, el porcentaje de voto en blanco fue bajo y no superó el 2,5 por ciento. Sí fue baja la concurrenc­ia: en la elección correntina fue del 66 por ciento, en la salteña del 64 por ciento, mientras que en la misionera, del 59,5 por ciento.

“El voto en blanco tiene particular­idades. Siempre es un concepto al que se apela de manera automática ante cualquier síntoma de malestar social. Salvo en elecciones muy puntuales, nunca tuvo dos dígitos”, recordó Paola Zuban, de la encuestado­ra Zuban, Córdoba y Asociados.

“Lo que se ve en estas elecciones, es ausencia electoral, en las últimas elecciones fueron 10 a 15 puntos menos, a eso se suma lo relacionad­o a pandemia, y eso permite pensar un piso de siete o 10 puntos de ausencia electoral adicional a lo que habitualme­nte se da”, advirtió.

Para Andrés Daín, de la encuestado­ra cordobesa Plebs, el voto en blanco es muy difícil de cuantifica­r anticipada­mente. “Si la abstención crece, por ser una Paso y la pandemia, y si hay más abstención puedo sospechar que el voto en blanco se va a presentar más como abstención”, razonó.

Mariel Fornoni, de Management & FIT, comentó que no hay tanta gente que diga que va a votar en blanco. “Depende de la provincia, pero puede estar más o menos en el cinco por ciento. Otra dificultad es que antes el

10 por ciento no te decía a quién vota, y hoy es el 25 por ciento.

“Lo que la gente dice, es más o menos un cinco por ciento. El tema es si eso después es más o no en función de lo que decidan”, afirmó.

El consultor Jorge Giacobbe (H) explicó: “El voto en blanco ganó elecciones en 1954 y salió segundo en

1963, ambas por la proscripci­ón del peronismo, no fue una herramient­a muy utilizada por los argentinos como forma de expresar nuestro disgusto con la clase política

Sobre estas Paso, Giacobbe coincidió con sus pares en que se ve un grado de ausentismo mayor al normal: “Entre las Paso y las generales, hay entre seis y ocho puntos, eso sería la normalidad. Si en las Paso hay más ausentismo, nos vamos a preguntar por qué. Podemos hacer la especulaci­ón si fue por temor al Covid o disgusto con la clase política. El que no va ir a votar o va a votar en blanco está tan disgustado que tampoco quiere contestar una encuesta”.

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