La Voz del Interior

“Justicia por Gonzalo”. El reclamo por el motociclis­ta abandonado

La pareja del joven exige que el automovili­sta, que habría fugado, siga preso y le agraven la imputación. Se lo acusa de haber quemado el auto y simulado un robo.

- Claudio Gleser cgleser@lavozdelin­terior.com.ar

“Se hubiera quedado ahí en el camino, mínimo, no se debería haber mandado a mudar de esa manera. Porque si fue un accidente, bueno, quedate, bancatelá… Pero no, se mandó a mudar. Hizo abandono de persona. Y después mintió, quemó el auto, se presentó en la comisaría a denunciar una mentira y tenía las llaves del coche aún encima. Reclamamos el máximo castigo para ese asesino. Y que no salga en libertad”.

Con bronca, dolor y una angustia que crece se expresó Milena Maciel para reclamar justicia por la trágica muerte de su pareja y padre de sus hijas, Gonzalo Emanuel Ferreyra (25). El joven manejaba una moto y fue atropellad­o por un automovili­sta que se marchó del lugar. El drama vial ocurrió el pasado domingo 5 de este mes a la madrugada en la zona de Capilla de los Remedios, en la periferia sudeste de la ciudad de Córdoba.

El caso tuvo una bochornosa y repudiable segunda parte cuando el mismo conductor, según investiga y sospecha la Justicia, habría quemado el coche en un campo y se presentó luego en una comisaría para denunciar que el vehículo había sido robado.

Nadie le creyó. Menos aún el fiscal Tomás Casas, quien ordenó la inmediata detención del acusado, Gerardo Andrés Pereyra, quien tiene 42 años. El hombre permanece aún preso en la Alcaidía e imputado por el delito de homicidio culposo agravado por el uso de vehículo automotor.

El caso está en sus tramos iniciales de pesquisa. “Reclamamos que no salga más de estar preso. Es un asesino. Además, exigimos que lo acusen por abandono de persona, porque es lo que hizo”, insistió la joven pareja de la víctima.

En la pesquisa se trata de determinar si el conductor del auto iba solo o bien acompañado por otra persona.

Drama de madrugada

Todo sucedió alrededor de las 5 de la madrugada de aquel domingo.

Mientras se encontraba­n en un domicilio particular en el marco de un festejo por un cumpleaños, el padre de Gonzalo Ferreyra salió por un momento a buscar nafta para su camioneta.

Como los minutos empezaron a pasar y el hombre no volvía, el muchacho salió a buscarlo en una moto.

Al cabo de un rato, quien volvió a casa fue finalmente el padre. Sin embargo, el tiempo empezó a transcurri­r y Gonzalo nunca retornó. La familia comenzó a preocupars­e.

“Mientras no sabíamos nada de él, un amigo me avisó por WhatsApp que había visto una moto parecida a la mía tirada en la ruta, chocada y que se veía a una persona tirada. Que estaba la Policía”, recordó Milena.

Desesperad­a, la joven partió raudamente hacia el Camino a Capilla de los Remedios con el papá de Gonzalo. “Cuando llegamos al lugar, reconocí la moto a la distancia. Y ahí estaba Gonzalo, tirado, en posición fetal… Ya no se movía, pobrecito”, exclamó la joven.

Al cabo de unos minutos, arribó una ambulancia, pero ya no quedaba nada por hacer.

El lugar donde sucedió todo es una curva y estaba oscura. Sin embargo, un trozo de plástico gris sobresalía. Todo indica que era parte del coche del conductor fugitivo.

Desde el mismo domingo, la familia del motociclis­ta muerto comenzó a reclamar justicia.

Conductor preso

El mismo domingo a la madrugada, se presentó en una dependenci­a policial un hombre que adujo que le habían robado el coche.

Fuentes oficiales indicaron que esa persona –Gerardo Pereyra– presentaba halitosis alcohólica y que, entre sus prendas, tenía las llaves del rodado que según dijo le habían robado.

El lunes siguiente, el caso tuvo su derivación. A unos cuatro kilómetros de donde sucedió la trágica colisión, un Chevrolet Corsa fue hallado quemado en un campo trillado.

Ante esto, desde la fiscalía de turno se ordenó la inmediata detención del conductor. Quedó imputado por negligenci­a: homicidio culposo.

A sus 25 años Gonzalo Pereyra se ganaba la vida como empleado de una distribuid­ora y vivía en barrio Los Sauces, de la ciudad de Córdoba, junto con su familia. Hacía 10 años que estaba en pareja con Milena. De ese amor nacieron dos criaturas: una de 9 años y la restante que cumplirá sus primeros 12 meses en los próximos días.

“La nena de 9 ya sabe lo que pasó. Se lo contamos el mismo domingo. Y ella no quiere que volvamos a la casa, porque se pone muy mal. Tratamos de estar todo el tiempo con familiares… Cuando volvemos a casa, nos quebramos porque Gonzalo, su papá, no está. Y no va a estar más”, exclamó la joven madre.

“Es tremendo esto que pasó, es tremendo, estamos destruidos. Exigimos justicia”, añadió.

Milena reclamó que se agraven los cargos contra el acusado porque se marchó del lugar sin asistir a la víctima ni dar aviso a la Policía. O sea, lo dejó abandonado.

“Se fue, lo dejó tirado como si se tratara de un animal. Y, encima, mintió, quemó el coche, quiso desviar toda la atención. Es un asesino. Reclamamos que siga preso, que no vayan a largarlo. Y que sea condenado por lo que hizo, que fue tremendo. Le tiene que caer todo el peso de la ley”, exigió la joven pareja de la víctima.

Hay un dato clave: cuando el acusado denunció el robo de su auto, tenía la llave del vehículo en el bolsillo.

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VÍCTIMA. Gonzalo Ferreyra tenía 25 años y era el padre de dos nenas. El auto que lo embistió fue encontrado quemado.
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