La Voz del Interior

Admitió el abuso de 11 alumnas y logró una pena en suspenso

Sigue la consternac­ión por el caso de las niñas y adolescent­es que se animaron a denunciar a un profesor, en Ucacha. “Nadie nos creía”, dicen sus familias. Valoran la confesión, pero se quejan del monto de la pena.

- Denise Audrito Correspons­alía Río Cuarto

Siete años tuvieron que esperar por justicia 11 niñas que se animaron a denunciar que un profesor las manoseaba. Los abusos ocurrieron en un colegio de la localidad de Ucacha en 2014. En el pueblo, de poco más de cinco mil habitantes, las niñas y sus padres sintieron todo este tiempo que nadie les creía.

“Siempre se dijo en el pueblo que las chicas se habían complotado contra el profesor porque no les iba bien en su materia, o hasta que lo provocaban. Fueron muy discrimina­das, había como 30 casos de abuso y sólo 10 padres nos animamos a denunciar”, contó una de las madres de las víctimas.

En 2015, Marcelo Hugo Capra (48) fue imputado por abuso sexual simple, agravado por su condición de docente, delito que tiene una pena de tres a 10 años de prisión.

Su juicio, en la Cámara 2ª del Crimen de Río Cuarto, tenía fecha para el miércoles último. Pero la defensa logró un acuerdo con el fiscal de cámara Julio Rivero, que le permitió al profesor no ser juzgado y evitar el riesgo de una condena en prisión.

Capra hizo uso de la mejor carta que tenía a su favor: advirtió que, si se sustanciab­a el proceso, las jóvenes, ahora mayores de edad, se hubieran visto obligadas a revivir todo lo ocurrido. Se revictimiz­arían.

Bajo esta supuesta preocupaci­ón, el imputado reconoció lisa y llanamente la autoría de los 14 hechos cometidos y accedió a un juicio abreviado. Su abogado y el fiscal Rivero acordaron una pena de tres años de prisión en suspenso.

El querellant­e, Cesar Irigo, manifestó que las familias hicieron saber que no estaban conformes con la condena en suspenso, pero las víctimas también querían que el caso llegara a su fin. “Cuando leyeron los hechos, algunas hasta se conmoviero­n, porque a la circunstan­cia denigrante del abuso se le sumó todo lo que tuvieron que vivir mientras continuaba­n el secundario y muchos las miraban de reojo, no les creían. Las estigmatiz­aron en el pueblo”, refirió.

Dijo que como abogado le llamó la atención que se aplicara el mínimo de pena en un caso con 11 víctimas y 14 hechos, pero recordó que en un juicio abreviado el querellant­e no tiene facultades para intervenir y ni siquiera la cámara puede aplicar una pena mayor.

El fiscal les dio una explicació­n a las víctimas y dijo que aceptó el acuerdo para evitar tramitar todo un proceso oral que podría representa­r una revictimiz­ación con un resultado incierto.

“Todos nos dieron la espalda”

“Un día mi hija me dijo que el profesor de Tecnología tocaba a las chicas. Se paraba en la puerta y cuando entraban al aula les tocaba la cola. O las abrazaba y les tocaba un seno. Fui a hablar al colegio y me dijeron que lo iban a vigilar, pero no pasó nada. Nunca les creyeron a las chicas”, testimonió una mamá de Ucacha.

Y agregó: “A mí me manoseaba a dos de mis hijas, la más grande en clase de Tecnología y la otra, que iba a primario, porque él estaba contratado por una fundación y también daba huerta a los de quinto y sexto grado”.

“Las chicas tuvieron que declarar y hay testigos, porque las toqueteaba delante de los mismos chicos. Se les arrimaba, les ponía la mano en el hombro y las abrazaba y las manoseaba. O cuando pasaban, les tocaba la cola”, recordó.

Las denunciant­es indicaron que, cuando hicieron la primera presentaci­ón, en octubre de 2014, el profesor fue trasladado a Río Cuarto, donde no tenía alumnas menores de edad. Según las madres, luego con los años se jubiló por invalidez por un problema en la vista. Capra tiene 48 años.

Tras el juicio, expresaron: “Dentro de todo estamos felices porque se declaró culpable, que era lo que más queríamos, que se sepa la verdad.

Pensamos que debía estar preso, pero los abogados nos dijeron que sin acceso carnal era excarcelab­le. Lo único que pensamos es que por fin el pueblo va a saber que no mentimos, porque todos nos habían dado la espalda, los mismos profesores nos trataban de mentirosas”.

Según los especialis­tas en abuso sexual, las vivencias a las que son sometidas las víctimas tienen un impacto muy profundo que va más allá del ultraje a su cuerpo. Cuando una niña, niño o adolescent­e se anima a decir o dar a entender lo que le está pasando, es fundamenta­l que sea escuchado y que se activen los mecanismos de protección que prevé el ordenamien­to legal.

Se destaca la importanci­a del develamien­to. El abuso se produce y se sostiene sobre la base del secreto y este merced a amenazas que causan efecto para amedrentar a la víctima, entramparl­a, doblegar su voluntad y forzar su silencio. Si la víctima que se anima a contar no es escuchada, no se le cree o no se le da intervenci­ón a la Justicia, puede sentir que es verdad todo lo que le dice el agresor y no sanar del abuso.

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LA VOZ/ARCHIVO “QUE NOS CREAN”. El pedido de las denunciant­es durante todos estos años se materializ­ó con la confesión del acusado.
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FACEBOOK CONDENADO. Marcelo Hugo Capra, el docente ahora jubilado, no irá a la cárcel.

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