La “T”. Padeció su noche sin brillo
Talleres jugó durante más de 83 minutos con un jugador más y nunca lo hizo notar ante el líder River, que superó sin objeción a un equipo cordobés que lució impotente.
Con un jugador menos desde los 7 minutos, River se llevó anoche un importante triunfo 2-0 frente a Talleres en el Kempes, porque aún con 10 jugadores jugó a lo River, logró disimular la inferioridad numérica y terminó mostrando, con autoridad, las credenciales que, desde anoche, lo dejaron a siete puntos de la “T” en la cima de la Liga Profesional.
River golpeó en momentos clave del partido, con los goles de Rojas y Romero, y dejó esa imagen de equipo sólido que está para cosas mayores, la que no pudo exhibir el Talleres que dirige Alexander Medina.
Después de un susto a los 2 minuto con un córner que casi se convierte en gol olímpico de Julián Álvarez, Talleres comenzó a adelantarse en el terreno, tirando a Auzqui por derecha y complicó en la marca a Rojas. A los 7m probó bien de afuera Méndez, en el preludio de una jugada que marcaría el desarrollo del PT. Peña Biafore le fue muy fuerte a Méndez con el árbitro Herrera al lado: roja directa.
El control de las acciones pasó a ser propiedad de la “T”, que estuvo dos veces cerca a través de Michael Santos. En la primera, a los 15m: pareció falta en el área pero no fue. Y segundos después, un remate bajo y cruzado del uruguayo se fue cerca del palo izquierdo de Armani.
Talleres, con un jugador más, no convirtió y a los 21m, en una rápida contra de Rollheiser, Guido Herrera tapó a Álvarez y salvó la caída de su arco. Fue un llamado de atención: River, aún con 10, estaba en partido.
Después, la lucha por controlar el balón en el medio se hizo más fragorosa. La “T” comenzó a cometer errores en retroceso y a darle oxígeno a River, que se adelantó y se le animó.
A los 42, sobrevino una rápida corrida de Simón y un centro bajo al corazón del área que nadie pudo despejar y que Rojas cambió por gol.
En el complemento, el equipo de Medina salió decidido a buscar el empate, pero pasado de vueltas y al límite de cometer algún otro error defensivo que le costara más caro aún. Y ese error llegó a los 25, cuando Julián Álvarez, la gran figura, se le escapó a Malatini y le sirvió el gol a Brian Romero. Lo que vino después estuvo casi de más, porque Talleres nunca pudo hacer notar el hombre de más que tenía y River, en cada contra, quedó más cerca de marcar. Supo, teniendo menos la pelota, ser más profundo. Y en ese aspecto justificó su triunfo y su liderazgo.