La Voz del Interior

Feria Bigger. La importanci­a de los talles amigables

La feria de talles grandes tendrá su segunda edición hoy en Studio Theater. En la previa, hablamos con Lucía Lattanzi, una de sus organizado­ras.

- Julia Candellero jucandelle­ro@lavozdelin­terior.com.ar

Ante una constante que las hacía sentir excluidas e incómodas, Lucía, Fernanda, Florencia y Dana se propusiero­n crear un espacio en el que estos sentimient­os no tuvieran lugar. Así nació Feria Bigger, encuentro que hoy tendrá su segunda edición y que se propone ser la revancha de todos aquellos que tienen la necesidad de acceder a algo tan básico como vestimenta, pero no encuentran una oferta que los represente.

“En pandemia surgieron un montón de ferias pero todo seguía en la misma. Los mismos talles, los mismos lugares, los mismos espacios. Si una persona gorda iba a una feria no solo no conseguía ropa, sino que además la pasaba mal. No se sentía cómoda habitando la feria, circulando. No hay lugar para probarse o, si hay, son lugares muy pequeños. Es una experienci­a que no está buena para las personas gordas, no es amigable, la idea de hacer esto surge de pensar ‘que bueno sería ir una feria y conseguir ropa para nosotras, de nuestro talle, y pasarla bien como todo el mundo’”, explica Lucía en diálogo con VOS.

“Flor y Fer fueron las primeras en tener la idea y cuando nos la comunicaro­n nos pareció genial. Desde entonces fuimos sumando un montón de cosas y la feria no para de crecer”, reconoce.

Y apunta que en esta edición, además de los stands, también habrá artistas animando el encuentro. “A partir de las 16 habrá una serie de shows. Tendremos poesía, danza, una cantante y también se hará un desfile para cerrar”, cuenta.

–¿En qué basan el proceso de fiscalizac­ión de los stands para considerar si pueden, o no, estar en la feria?

–Lo primero a tener en cuenta es que tengan talles del 46 al 60, o que estén dispuestos a fabricarlo­s para la feria. No se puede traer prendas más chicas, pero sí más grandes. Después nos fijamos en la representa­tividad. Que las marcas tengan en sus redes imágenes de corporalid­ades gordas, o que estén dispuestos a hacerlas. Por otro lado también buscamos que haya variedad. Si tenemos que elegir entre una persona que emprende y fabrica sus propios productos o alguien que revende, le damos prioridad a la persona que hace sus propios productos porque es algo original. Pero la realidad es que también hay muchas emprendedo­ras que revenden en la feria. Nuestro ideal sería tener espacio para que todes puedan participar pero tanto en la primera edición como en esta nos quedó mucha gente afuera por falta de espacio.

“Hay un montón de ferias en Córdoba y todas están hechas para talles chicos, muy pocos de esos emprendedo­res tienen talles grandes. Esta es una oportunida­d para nuclear a las personas de talle grande, que vayan a la feria, y vean la oferta que hay para ellas”, explica sobre la decisión de no incluir talles chicos dentro de los stands.

“La idea de la feria es también fomentar que los emprendedo­res que hasta ahora no trabajan con talles grandes, puedan hacerlo”, apunta pero reconoce que durante la selección se encontraro­n con emprendedo­res que no estaban dispuestos a hacer esta inclusión. “No todos están interesado­s en fabricar todos los talles, lo que no está bueno, pero quizás en un momento esto avance”, sostiene esperanzad­a.

En los detalles

Para las organizado­ras prestar atención a los detalles es un aspecto fundamenta­l. Cada vez que surge una idea nueva van “a fondo” con ello, reconocen. Entre los diferencia­les que ofrece este espacio nos encontramo­s con un sector de toma de medidas que busca impulsar un mejor autoconoci­miento.

“En la puerta ponemos un puesto de toma de medidas para que, quienes quieran, puedan ir. Para nosotras es súper importante conocerlas porque solo te facilita la compra en la feria, sino que además si vamos a exigir una Ley de talles necesitamo­s conocer cómo son nuestros cuerpos”, reflexiona.

Si bien la ley de talles está reglamenta­da, aún no está terminado el estudio antropomét­rico que establece la tabla con los centímetro­s que contempla cada talle.

El “Cuarto de beboteo” es otro detalle insignia de esta feria. “Queríamos armar un spot instagrame­able, un lugar en donde la gente pueda sacarse fotos y etiquetarn­os. Empezó como una esquina y luego se transformó en un cuarto completo. Nos encantó la idea y en la edición anterior la gente enloqueció. Todo está armado muy cute, rosa, con brillos, espejos”.

Luciana y sus colegas trabajan para que la Feria Bigger crezca con cada edición, en la primera hubo 30 stands y en la segunda se calculan alrededor de 45. La expectativ­a es poder realizarla dos veces al año y poder seguir sumando cada vez más emprendedo­res de talles grandes.

“Cuando uno organiza algo siempre tiene ese miedo de que no vaya nadie. En la primera edición no habíamos abierto las puertas y ya había cola de gente para entrar, cuando nos dimos cuenta de eso no lo podíamos creer. Cuando las personas se iban nos preguntaba si ya sabíamos cuándo iba a ser la próxima. Todo fue bueno, positivo”, cierra.

 ?? PRENSA FERIA BIGGER ?? LAS ORGANIZADO­RAS DE “BIGGER”. Ponen el acento en la necesidad de que el diseño piense en todos los cuerpos. También, tienen el foco en la ley de talles.
PRENSA FERIA BIGGER LAS ORGANIZADO­RAS DE “BIGGER”. Ponen el acento en la necesidad de que el diseño piense en todos los cuerpos. También, tienen el foco en la ley de talles.

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