La Voz del Interior

Boca. El hijo de un ex-Instituto, una de las “perlas” del club

Valentino Correa es categoría 2011, es zurdo y juega de enganche. Se acaba de sumar a la cantera del Xeneize. Su papá es “Maxi”, ex-Instituto hoy en Nueva Chicago. “Quiero que sea feliz y que disfrute”, contó.

- Hernán Laurino hlaurino@lavozdelin­terior.com.ar

Quienes conozcan en profundida­d a la familia Correa sabrán que en ese humilde hogar de barrio Patricios se respiró siempre fútbol. Era el tema de conversaci­ón permanente y no había tarde en que los chicos de la familia no estuvieran con la pelota en la calle o en algún potrero.

Fruto de esa pasión que papá Roberto, pocero de profesión, le transmitió a su hijo Maximilian­o, se fue forjando una enorme relación de los Correa con la redonda.

Y fue justamente “Maxi” quien pudo darle la gran alegría a esa familia de poder “llegar”, de ser un jugador profesiona­l y cumplir el anhelo de todos.

“El Negro” Correa, tras superar mil obstáculos y pelearla muy de abajo, logró transforma­rse en futbolista y aún hoy permanece en esa batalla permanente.

A sus 32 años, es el volante central titular de Nueva Chicago, en la Primera Nacional, un club donde encajó perfecto con su garra y esfuerzo desde que llegó en 2021.

Y todo ese amor por el fútbol que tiene “Maxi” repercutió, obviamente, en sus hijos, que se han criado con una pelota debajo de la suela.

Cambiando también de ciudades y mudándose, siguiendo muchas veces los destinos de su papá. O esperándol­o en Córdoba, al aguardo de eternas pretempora­das o finales de campeonato­s.

Hoy, “Maxi” siente un orgullo enorme y una felicidad difícil de comparar. Quizá más aún que la que sintió el día que debutó con la camiseta de Instituto en Primera.

Es que su hijo Valentino acaba de sumarse a las inferiores de Boca Juniors, en la categoría 2011.

Apenas un entrenamie­nto y una pequeña prueba sirvieron para que le pidieran a “Maxi” que lo dejara, que lo querían en el Xeneize.

Así, está empezando a nacer otro enorme sueño en la familia Correa.

“Vamos a ver cómo le va a Valentino. Queremos que sea feliz, que disfrute y que haga su camino. El día de mañana se verá qué será de su futuro. ¿Si Valentino nos va a salvar? No lo sé… Yo ya dejé parada a la familia… vendí todas las sillas”, se ríe “Maxi”, con su habitual humor. Sí, hoy es pura alegría por este presente que les sonríe.

Desde hace ya un tiempo que en el fútbol infantil de Córdoba se venía hablando de las condicione­s de Valentino, el hijo de “Maxi” Correa.

“Valen” es un niño que ama el fútbol, como lo define su familia. Dedicado, fanático del entrenamie­nto y que ha vivido siempre con la pelota pegada a sus pies.

Arrancó jugando en una escuelita del barrio, donde ya mostraba la pegada de su zurda y sorprendía con golazos de tiro libre.

Estuvo un tiempo breve en la cantera de Instituto y, luego, fue captado por Talleres, que lo sumó a los Cebollitas en una categoría 2011 que fue campeona de manera invicta en Liga Cordobesa de Fútbol y dio que hablar.

Allí, Valentino ya llevaba la “10” de la “T” y mostraba su talento innato.

Pero, en este 2022, la vida para la familia Correa tuvo un cambio de planes, hubo mudanza para “Valen” y nuevos desafíos.

“Este año decidimos que Valentino se viniera a vivir conmigo acá a Buenos Aires. Estamos los dos solos y muy felices. Nos acompañamo­s en todo. Él es muy futbolero, como yo. Y está muy contento. Es maduro a pesar de su edad. Afronta todo con seriedad y tiene muchos sueños. Pero lo llevamos de a poco. Que estudie es lo primordial”, detalla “Maxi”.

“Todos me vienen diciendo desde hace tiempo que juega muy bien. Uno también lo ve. Pero no quiero presionarl­o. Me gusta que se divierta. Le encanta jugar al fútbol y me sorprende cómo le gusta entrenarse. Es muy dedicado. Jamás quiere faltar a una práctica”, dice papá Correa.

“Maxi” debutó en Instituto en la temporada 2010 luego de haber realizado todas las inferiores en la Gloria.

En 2016 sería vendido a Godoy Cruz de Mendoza, luego de haberse consolidad­o en el Albirrojo como una figura importante, querida por la gente.

En el Tomba las cosas no salieron como esperaba y decidió retornar a Instituto a préstamo, justamente para estar cerca de Valentino.

Una decisión que Correa todavía siente como errada: nada salió bien esa temporada 2017/18 en Alta Córdoba y se terminó yendo de una forma que no quería.

Luego recaló en Racing de Nueva Italia para la campaña 2018/19, que terminaría en el descenso del Torneo Federal A.

En dicha categoría jugaría en Estudiante­s de San Luis entre 2019 y 2021.

Y cuando parecía que todo venía cuesta abajo, apareció Nueva Chicago, donde encontró su sitio.

Ya renovó contrato, es querido por el hincha y valorado por los dirigentes.

Todas esas enseñanzas de lo complejo que es el fútbol “Maxi” se las traslada a Valentino, que tiene la meta de ser jugador profesiona­l.

“Siempre dice que quiere ser jugador. Que es su gran sueño. Lo de Boca se nos da porque un compañero mío acá en Chicago lo habló al ‘profe’ de la 2011 de Boca. Ahí nos dijo que llevara a Valentino a una práctica del babyfútbol, donde también dirigía, para que lo vieran. Ahí nomás que lo vio nos dijo de llevarlo a Boca y arrancó hace 20 días. Fue todo muy rápido. Es un sueño para él estar en ese club tan inmenso”, señala “Maxi”.

Y agrega: “Lo tengo cortito con el estudio. Obviamente es prioridad. Y de martes a viernes se entrena en Boca. Los miércoles también hace babyfútbol acá en Defensores de Tablada también. Acá es muy fuerte el baby”.

“Maxi” y Valentino se acompañan en todo, en cada práctica o partido. Y es habitual verlo a “Valen” en el vestuario de Chicago luego de algún partido de Primera Nacional.

“A esta edad uno nunca sabe qué va a pasar. Pero es hermoso que compartamo­s la misma pasión y nos acompañemo­s. El tiempo dirá… Yo siempre voy a estar para él”, cierra Correa padre.

Aquel volante central laborioso y sacrificad­o al que los hinchas de Instituto habían apodado “la Perla Negra”.

Ahora su hijo lleva la “10” de la categoría 2011 de Boca Juniors. Y sí, es una nueva “perla” de la cantera del Xeneize.

 ?? ?? EL NENE. A la izquierda, una foto de bien pequeño junto a su papá, Maxi, en el campo de juego del estadio Monumental de Alta Córdoba, donde Instituto juega de local. Al medio y a la derecha, luciendo la camiseta con el número 10, en las divisiones inferiores de Boca. También tuvo un paso por las categorías formativas de Talleres.
EL NENE. A la izquierda, una foto de bien pequeño junto a su papá, Maxi, en el campo de juego del estadio Monumental de Alta Córdoba, donde Instituto juega de local. Al medio y a la derecha, luciendo la camiseta con el número 10, en las divisiones inferiores de Boca. También tuvo un paso por las categorías formativas de Talleres.
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GENTILEZA FAMILIA CORREA
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