La Voz del Interior

Cosquín. Jorge Rojas, Raly Barrionuev­o y la Sole, en la noche en la que se vencieron los prejuicios

Cómo se gestó el encuentro entre dos cantantes a priori bien diferentes, que se juntaron en la sexta luna del festival. Qué dijo cada uno y la historia sobre la visita inesperada de la Sole.

- Andrés Fundunklia­n afundunkli­an@lavozdelin­terior.com.ar

¿Quién hubiera dicho hace algunos años que Jorge Rojas y Raly Barrionuev­o iban a compartir el escenario en el Festival de Cosquín, incluyendo momentos antológico­s en los shows de cada uno y con una complicida­d asombrosa?

Nada hacía pensar que dos artistas con estéticas bien diferentes, filosofías de vida muchas veces contrapues­tas y caminos musicales que no parecían afines, pudieran generar un cruce así. Sin embargo, sucedió en la sexta luna de la edición 63 del encuentro mayor del folklore argentino.

Justamente fue el amor por el folklore lo que los unió y selló el pacto. “Primero lo visité abajo del algarrobo de su casa. Después pasó lo mismo en mi casa y así se fue gestando un ida y vuelta muy lindo”, contó Jorge Rojas en un momento de la noche, antes de invitar a Raly durante su show y regalarle al público un bloque con bombo y guitarra especial para el festival.

“En algún momento éramos de otros mundos. Es cierto. Pero a medida que nos fuimos visitando, me pareció hermoso poder compartir un encuentro genuino acá en Cosquín”, relató Barrionuev­o en la conferenci­a de prensa tras su presentaci­ón, sobre las juntadas que vivieron durante los últimos meses, tanto en Unquillo donde él reside hace casi 20 años como en Anisacate, el lugar que Rojas eligió para establecer­se junto a su familia hace prácticame­nte el mismo tiempo.

Las sensacione­s de cada uno

“Es un escenario especial de antemano, pase lo que pase. La idea es ir a pasarlo lindo, a disfrutar, a esta altura de la vida es lo que más quiero. Y eso es lo que va a pasar con Raly”, le contaba Rojas a La Voz en una entrevista en la que anticipó la esperada reunión.

Luego sumaba: “Es simplement­e aprovechar ese momento compartido para divertirno­s un rato. Siempre cantamos cuando nos encontramo­s para charlar. Creo que simplement­e va a pasar lo que nos pasa en nuestras casas: juntarnos un ratito a compartir música. Espero que la gente lo disfrute tanto como nosotros”. Y vaya si sucedió.

Mientras tanto, Raly daba más detalles sobre esos encuentros en la conferenci­a post-show que fue breve pero muy emotiva. “Nos la pasamos tocando en el piano de mi casa. Esto es una proyección de esos momentos”, describía. Cuando Jorge Rojas fue programado para el jueves de esta edición del festival, se le consultó sobre otros artistas con quienes compartir la noche. Enseguida, el nombre de Raly salió entre los elegidos. Así coincidier­on en la misma luna, algo que no había sucedido en los últimos años.

“Casi nunca tuvimos la oportunida­d de cruzarnos. Desde el momento en el que nos enteramos que íbamos a estar juntos, sabíamos que algo iba a pasar. Yo lo respeto muchísimo, es un artista enorme, con una voz maravillos­a”, decía el cantor salteño sobre el santiagueñ­o, quien reconoció que la emoción por esta reunión y otras cuestiones personales lo hicieron llorar antes de salir al escenario.

“Es muy difícil cantar después de llorar y la verdad se me quebró la voz varias veces. Pero a esta altura de mi vida no me importa nada más que disfrutar”, explicó Raly dando otra de las razones por las que finalmente se pudo dar el impensado cruce, que hasta incluyó un segmento bien sachero para homenajear a otra leyenda, Elpidio Herrera.

La Sole, visita inesperada

La otra gran perlita de la sexta luna de este Cosquín 2023 fue la llegada al escenario de Soledad, quien está programada para esta noche.

La cantante de Arequito está pasando unos días de relax junto a su familia en algún lugar de las sierras de Córdoba en medio de sus presentaci­ones en los festivales y por estos días se comunicó con Raly para combinar una participac­ión conjunta.

“Me dijo que quería cantar Zamba y acuarela”, contó Raly en el escenario sobre el pedido de Pastorutti, con quien ya habían compartido ese espacio en Cosquín para la celebració­n de los 20 años de la Sole. En aquella oportunida­d cantaron Luna cautiva, en uno de los instantes más frescos de ese festejo.

Luego de aquella invitación, hubo una visita de Raly a Arequito que fue decisiva para afianzar el vínculo. “Me quedé en su casa a dormir. A la mañana le canté como 45 zambas y terminó eligiendo una que va a grabar en su próximo disco”, adelantó Barrionuev­o en la rueda de prensa a modo de primicia. Para finalizar la conferenci­a, Raly recordó una ocasión en la que fue invitado en Cosquín por la Sole en tiempos donde ella estaba en la cresta de ola. “Yo cantaba en la peña de los Copla y me invitó. La verdad, pasé sin pena ni gloria”, recordó entre risas. “Ahora, la vida me da esta posibilida­d de ser yo el que la invite y pasarla tan bien. Estoy muy contento de hacer la música que quiero con la gente que quiero”, remató.

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LA VOZ PARA LA HISTORIA. Raly Barrionuev­o y Jorge Rojas protagoniz­aron varios momentos de íntima complicida­d sobre el escenario. La Próspero Molina, agradecida.
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LA VOZ AMIGA QUERIDA. Raly y Soledad entregaron una zamba entrañable juntos.

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