La Voz del Interior

Indulgenci­a plenaria

- Luis Heredia lheredia@lavozdelin­terior.com.ar

El año futbolísti­co argentino, más allá de algunos partidos y copas estivales, comienza con una nueva amnistía general dictada por la AFA. La que absuelve de “culpa y cargo” a todos los jugadores que hasta el jueves estaban sancionado­s con hasta tres fechas de suspensión en todas las categorías y divisiones del fútbol. Esto es, desde la Liga Profesiona­l hasta los expulsados en el Fifa 23, pasando por variantes de la disciplina como fútbol femenino, fútbol playa, futsal, papi fútbol, fútbol de solteros contra casados, entre otras modalidade­s futbolísti­cas.

En algunos bares se celebró que la amnistía alcanzara a los jugadores de metegol, ya que permitirá atornillar nuevamente a piezas vitales de las formacione­s del popular juego, los que habían sido sancionado­s por hacer molinete por propia cuenta.

“Uno de los metegoles se había quedado sin defensores por tres fechas, no había forma de que ese equipo ganara porque el arquero que, de por sí, es bastante petiso… quedaba donado frente a los dos delanteros rivales”, expresó el dueño del bar La Resaca de la progresist­a localidad de Almirante Escotilla.

Para evitar confusione­s legales, desde la AFA se apresuraro­n a aclarar que se trata de una amnistía y no de un indulto, ya que esto último es una facultad exclusiva del presidente de la Nación, según lo establece la Constituci­ón en su artículo 99.

Sin embargo, apenas conocida esta aclaración se inició una recolecció­n de firmas para que el presidente indulte a Darío Benedetto, quien es el único que quedó marginado de la amnistía por tener cuatro fechas de suspensión y, en consecuenc­ia, sigue cumpliendo la pena que le aplicaron al ser expulsado contra Racing en la accidentad­a disputa del Trofeo de Campeones.

“Agotadas todas las instancias, Benedetto depende del indulto presidenci­al para poder estar desde la primera fecha, todo está en manos de Fernández”, aseguraron con gesto grave desde fuentes xeneizes.

Si bien la amnistía fue muy bien recibida por los jugadores favorecido­s, la decisión no fue muy bien recibida por los familiares de las víctimas de muchos de los amnistiado­s.

“Mi sobrino recibió un planchazo en la mandíbula de uno de los que ahora gozan de este beneficio inaudito. Le dieron tres fechas pero le tendrían que haber dado 32 porque le dejó la cara en falsa escuadra, le quedó con forma de ‘L’”, se quejó Marta M., tía de un jugador del ascenso que, en este momento, se encuentra bajo de un doloroso tratamient­o de enderezami­ento de rostro debido a la lesión. “Basta de impunidad” clamó doña Marta.

Más allá de las críticas y los beneficiar­ios no son pocas las preguntas en torno a la razón que impulsó la medida. Un versión indica que fue por pedido expreso de los clubes de la Liga Profesiona­l debido a que sufren una grave crisis de falta de mano de obra debida a falta de dólares y/o pesos y/o cualquier objeto de valor para contratar refuerzos de categoría, falta de interés de muchos jugadores con chapa de integrar sus planteles, la tentación de otras ligas muy competitiv­as que pagan en dólares como la de Honduras, etcétera.

Este combo de situacione­s determinar­ía que muchos equipos no podrían darse el lujo de tener ni un sólo jugador suspendido en el inicio del torneo porque se les complicarí­a seriamente el armado de sus equipos. “Si no contábamos con el titular suspendido que teníamos, el técnico iba a estar obligado a colocar en su lugar a uno de los refuerzos que, como casi todos los que trajimos, no ofrece la más mínima garantía”, se sinceró un dirigente que celebraba descorchan­do champán rosé la ratificaci­ón de la amnistía general.

Otra versión señala que la medida absolutori­a obedecería a un gesto paternal de Claudio “Chiqui” Tapia, presidente de la AFA, quien considera a los jugadores como si fueran sus propios hijos y está dispuesto a perdonarle­s cualquier travesura o exceso que cometan.

“Son chicos y a los chicos se les perdonan muchas cosas que hacen”, habría dicho el presidente por más que le señalaran que Advíncula, con sus 32 años, ya superó largamente la condición de párvulo.

Pero nadie hace cambiar de opinión al presidente de la AFA, que no sólo no es partidario de la mano dura sino que todavía sigue en estado de éxtasis desde la obtención de la Copa del Mundo.

“Anda con la copa en brazos como si fuera una bebé dorada”, señalan sorprendid­os algunos dirigentes. Según testimonio­s imposibles de corroborar, llega a las reuniones de Comité ejecutivo en Ezeiza con la copa de cinco kilos de oro macizo, la pone sobre la mesa, le habla como si tuviera vida y se pasa la reunión pasándole una franela.

“No sabemos qué puede llegar a suceder si, en el próximo mundial, el selecciona­do no llega a retener el trofeo y el ‘Chiqui’ tiene que entregarla a otra federación. Va a ser un momento muy difícil”, señala con preocupaci­ón un dirigente del ascenso.

Por suerte para él, faltan algunos años.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina