Juntos y el fantasma de la ruptura propiciada por Macri
“Con su actitud, De Loredo está visto como un elemento para impedir la llegada al poder”. A esta conclusión llegó un dirigente radical que participó de una cena entre los intendentes de ese partido y Gerardo Morales, en la localidad de Santa María de Punilla. El jujeño y presidente del partido escuchó de boca de los jefes comunales quejas por la falta de definiciones de la cúpula que dilatan los acuerdos internos hacia abajo.
A esta altura, la indefinición de las candidaturas tiene consecuencias directas: primero, la inflación de postulantes a intendente en la ciudad de Córdoba, grilla en la que se anotan Juan Negri, Soher el Sukaria, Diego
Mestre, Sebastián García Díaz y hasta Mario Decara, defensor del Pueblo de la provincia. Luego, la “funcionalidad” a la estrategia del peronismo de Córdoba que tendría esta dilación. Siempre atravesado por la desconfianza por la falta de papeles, a la que sólo le responden con el rezo: “La unidad está garantizada”. Saber o creer.
En el PRO, sin sonrojarse, admiten que el fantasma rupturista de Mauricio Macri todavía no fue exorcizado, aunque lo relativizan en el nuevo contexto interno: “Ni Patricia (Bullrich) ni Horacio (Rodríguez Larreta) están dispuestos a jugar con el PJ en la elección provincial”.
Por eso reclaman “racionalidad” a sus eventuales socios: “Que Luis (Juez) firme ‘algo’ parecido a un reglamento y que Rodrigo (de Loredo) diga qué quiere hacer. Así podemos resistir la eventual presión de Mauricio (Macri) para partirnos”.
En el juecismo también relativizan el poder de daño de Macri: “Está muy contenido y la UCR está decidida a ganar Córdoba”, es la lectura. Por eso hay una apuesta de Juez a que la orden a De Loredo para alinearse a la estrategia general venga de las cúpulas albirrojas, pese a que el jefe parlamentario de Evolución hoy aparezca más cerca de Macri.