La Voz del Interior

“Si un mes quedo en cero y no debo nada, es un mes bueno”

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Raúl Gil es médico y está al frente de una de las pocas clínicas que aún subsisten en el interior de Córdoba. Es director médico, subgerente y uno de los dueños del sanatorio Alta Gracia, presente desde hace 65 años en esa ciudad del Gran Córdoba.

La clínica tiene 75 médicos, 75 empleados y 10 camas para terapia intensiva. “Conseguir médicos es muy difícil; no hay especialis­tas para venir acá, que son 40 kilómetros, y parece que los trajeras al interior del Amazonas”, plantea. En Alta Gracia sólo viven los médicos clínicos y los traumatólo­gos. Todos los demás residen en Córdoba.

La lista de problemas es larguísima y no hay uno que sea excepciona­l: a todos les pasa lo mismo.

“El costo del traslado es inmenso, no tenemos residentes y no podemos suplir entonces algunas falencias de médicos, por lo que se incrementa el gasto; la carga fiscal es enorme, impuestos, impuestos e impuestos; no tenemos ningún tipo de financiami­ento de los bancos porque, como al ser salud no te pueden embargar, directamen­te no te prestan; los insumos se han quintuplic­ado de precio, en el mejor de los casos; un tomógrafo y la tecnología en general subieron de forma exorbitant­e, y las obras sociales pagan muy mal”, resume Gil.

Saca cuentas: por una consulta, las obras sociales pagan entre 1.300 y 1.700 pesos, y las clínicas retienen el 30% al profesiona­l.

Para ofrecer una buena medicina, el profesiona­l debiera atender ocho pacientes al día, pero, como eso no le alcanza, va de un lugar a otro.

“Dentro de muy poco tiempo, no vamos a poder conseguir médicos. Una guardia de terapia está en 40 mil pesos y una de sanatorio, en 35 mil”, cuenta.

“No hay ya pediatras, para hacer un médico necesitás 20 años de estudio y, aunque tuvieses el dinero, no lo podés conseguir”, remarca.

“Todas las clínicas vivimos del Apross y del Pami, en mi caso esas dos representa­n el 65% y el resto son 35% obras sociales y ART. Para mí, el Apross es deficitari­o, pero no tengo forma de dejarlo porque, si no, no pago a los empleados. Cuando a fin de mes llego a cero y no debo nada, es un mes en el que me fue bien”, sostiene.

Como todos en Aclisa, la crítica al Apross es que aumenta las coberturas de forma unilateral, sin respetar lo que cuestan las prestacion­es. “Te suben los valores, pero no podés hablar con nadie. Dicen que a partir de hoy vale tanto y ya está”, sostiene.

En Alta Gracia viven más de 50 mil personas. Hay dos clínicas: la Alta Gracia y la Santa María, que depende del Italiano, más el hospital regional de la Provincia. No hay resonador: para eso, se pide ambulancia, se traslada el paciente a Córdoba y se vuelve en ambulancia.

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Alta Gracia lleva 65 años en actividad.
LA VOZ/ARCHIVO GRAN CÓRDOBA. El sanatorio Alta Gracia lleva 65 años en actividad.

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