Ingeniería Civil. El impacto profesional de la IA
Nadie duda de que los tiempos que corren plantean desafíos en todos los órdenes de la vida en comunidad. Claramente, la revolución de las nuevas tecnologías y la administración de datos a gran escala (Big Data) llegaron para quedarse y facilitarnos la vida en muchísimos aspectos de nuestra cotidianeidad.
Particularmente, en la vida profesional en general y en las tareas ligadas a la construcción en particular también se plantea la necesidad de nuevas formas de capacitación, de abrir nuevos horizontes en el desempeño de nuestras actividades y de apuntar a optimizar nuestro trabajo en procura de contribuir y construir sociedades más justas en el futuro.
La Inteligencia Artificial (IA) es uno de esos aspectos que, sin darnos cuenta, ya forma parte de nuestros días. Los algoritmos nos rodean y se alimentan sistemáticamente de cada dato digital que dejamos en las redes. Las estimaciones de su crecimiento e impacto económico son exponenciales.
Está claro que la IA ya está teniendo un impacto en la Ingeniería Civil, y que el efecto será mayor en los próximos años. Por eso, es que debemos avanzar definitivamente a incorporarnos en este camino para que la profesión que abrazamos pueda nutrirse y sumar soluciones a las comunidades en las que nos desempeñamos, siempre impulsando el debate de su impacto social, porque las nuevas formas de producción tienen que estar en línea con la preservación de los derechos profesionales.
Por eso, es tan importante –como se indica en la nota central de Civiles de este primer mes de 2023- “avanzar en un marco ético regulatorio de los sistemas inteligentes que impactan en nuestra praxis cotidiana”.
En este suplemento Civiles, hacemos una primera intervención procurando dar un paso hacia un debate que se avizora indefectiblemente de la mano de una colega que es especialista en la materia desde su rol de docente e investigadora, además de profesional de la Ingeniería Civil.
Junto con el resto de nuestras reivindicaciones, como la defensa de las incumbencias y mejorar nuestra representación ante las oficinas públicas, está el desafío de seguir sumando tecnología que facilite la tarea de nuestros profesionales.