Con el superclásico cordobés hubo fiesta en todas partes
La primera fecha de la Copa Clásicos de Córdoba se disputó en el Mario Alberto Kempes, con un clima perfecto en el que se vivió una pacífica convivencia entre las dos hinchadas rivales que colmaron el estadio mundialista desde muy temprano.
Familias enteras, con niños y bebés, amigos, parejas, la llegada a la cancha se realizó con tranquilidad, desfilando orgullosos los colores de cada equipo.
Para los amantes de las estadísticas, fue la edición 400º del superclásico cordobés entre Talleres y Belgrano. En el partido, el elenco albiazul se impuso por 3 a 0 al “pirata”, que acaba de salir campeón de la B Nacional y regresó a primera división.
Hacia las cuatro latitudes del Kempes, la fiesta fue completa. De un lado, las banderas celestes de Belgrano y los tradicionales himnos de su hinchada; del otro, el azul y blanco de la “T”, y las canciones que no dejaron de sonar ni un instante antes, durante y después del partido.
Lo que directores técnicos y jugadores manifestaron en la previa, se cumplió durante el encuentro: se disputó con la garra y la convicción para ganar, pero se transmitió un mensaje claro hacia afuera de disfrutar de la fiesta en paz. Antes de comenzar, los jugadores de ambos equipos posaron con una bandera común: “Unidos por la pasión. Por un fútbol sin violencia”, con los logos de ambos clubes.
Sobre el final, los ganadores recibieron los trofeos de la mano del viceintendente Daniel Passerini, el secretario de Gobierno Miguel Siciliano y el presidente de la Agencia Córdoba Deportes, “Pichi” Campana. Los premios fueron confeccionados con material reciclado, a partir de desechos industriales provenientes del Centro de Transferencia de Residuos (CTE) que administra el COyS.