Problemas crecientes
Tal vez ya muchos lo hayan olvidado por piedad o por resignación o por vergüenza retrospectiva, pero allá por abril o mayo de 2020, hace sólo tres años, flotaba en el aire la idea de que saldríamos de la pandemia convertidos en mejores personas, más solidarios, más unidos, más humanos.
Con esa indiferencia que el tiempo suele exhibir hacia nuestras grandes expectativas, la realidad se ha encargado de demostrar lo contrario de manera contundente.
Al menos en la Argentina, las cosas están bastante peor que antes de la pandemia: hay más pobreza, más inflación y se registran muchísimas secuelas del Covid-19, tanto en la salud física como en la mental, si es que tiene sentido distinguirlas a esta altura de la historia.
En el informe principal que publicamos en las páginas de Ciudadanos desarrollamos precisamente el tema de que las cifras de mortalidad no han bajado de manera significativa una vez finalizada la pandemia.
Los factores son múltiples: algunos tienen que ver con los efectos a largo plazo del Covid; otros, con la crisis social y económica que afecta al país y otros, con la costumbre cada vez más extendida de automedicarse, lo cual tiende a demorar la consulta médica, una demora que en algunos casos puede ser fatal.
Los golpes de la economía no se sienten sólo en los sectores más vulnerables, también se padecen en la clase media y se manifiestan en la dificultad para afrontar las subas de las cuotas en los colegios privados. La morosidad es cada vez mayor y recién se están registrando los primeros aumentos, lo que revela un problema creciente en una cuestión tan sensible como la educación primaria y secundaria.
En Política, las próximas elecciones provinciales ocupan buena parte de la agenda, con la actividad de Hacemos Unidos por Córdoba y Juntos por el Cambio y con una entrevista a Federico Alesandri, el candidato a gobernador por el Frente de Todos.
Al menos en el país, las cosas están bastante peor que antes de la pandemia: hay más pobreza, más inflación y secuelas del Covid-19.