El PJ busca su renovación tras la derrota presidencial
La reorganización no contempla la conducción de Alberto Fernández. Habrá un congreso nacional que se convocará pronto.
La urgencia por reorganizar la oposición para enfrentar las políticas del gobierno libertario aceleró los procesos de reacomodamientos dentro de Unión por la Patria. Bajo un secretismo que no pudo mantenerse, el jueves a la noche hubo una cumbre del PJ donde se acordó apurar el camino de la renovación partidaria.
Horas después arribó al país Alberto Fernández tras dos meses de ausencia, quien continúa siendo el presidente partidario y sobre quien pesan pedidos (por lo bajo) para que dé un paso al costado.
La histórica sede del PJ nacional de la calle Matheu, en el barrio porteño del Once, volvió a encender las luces después de los meses de luto tras la derrota en el balotaje.
La cumbre con muchas autoridades del Consejo del Partido Justicialista (PJ) se destacó por el peso de las presencias.
La convocatoria –hecha casi en secreto– juntó a los vicepresidentes del Consejo, Axel Kicillof, Cristina Álvarez Rodríguez (dirigente bonaerense de mucha confianza de Cristina Kirchner), Juan Manzur (Tucumán) y Lucía Corpacci (Catamarca), y Analía Rach Quiroga (exvicegobernadora de Chaco).
Estuvieron tres gobernadores: Gildo Insfrán (Formosa), Ricardo Quintela (La Rioja) y Gabriel Ziliotto (La Pampa), además de Santiago Cafiero, Eduardo de Pedro y el extitular partidario José Luis Gioja.
La asistencia de Manzur y de Corpacci marca la distancia de estos dos dirigentes con los actuales gobernadores de Tucumán y de Catamarca, Osvaldo Jaldo y Raúl Jalil.
Los mandatarios se encuentran en el lote de “gobernadores dialoguistas” con la Casa Rosada. De hecho, Jaldo y Jalil estuvieron el martes pasado en Salta compartiendo una reunión con el ministro del Interior, Guillermo Francos.
Kicillof, Insfrán, Ziliotto y Quintela, en cambio, encabezan la oposición entre los gobernadores. De hecho Quintela se presentó ante la Corte Suprema para pedir que se declarara la inconstitucionalidad del DNU 70, medida emblemática del gobierno de Milei.
La reunión se extendió por dos horas. Hubo una coincidencia, según trascendió: “Se necesita una renovación, pero cuidando la unidad”, sin pase de factura. Este cuidado, por ejemplo, evitó que se explicitara un pedido de renuncia a Alberto Fernández, apartamiento en el que la mayoría coincide. “No se quiere tirar a nadie por la ventana y, después de todo, Alberto fue un presidente del PJ”, confió a este medio un dirigente peronista, que también admitió que la “idea era que no trascendiera la reunión”, dijo que se acordó un pronto llamado al congreso nacional partidario.
Descartado por ahora un pedido formal para que Fernández deje la presidencia, una posibilidad es crear “una mesa de acción política”, como la creada en 2018 y que derivó en la conformación del Frente de Todos para las elecciones de 2019.
Los presentes reconocieron la gravedad de la crisis económica, de la que responsabilizaron a la gestión libertaria. Saben también que el PJ “debe recomponer su vínculo con la sociedad” y que para ello “hay que renovar la conducción”. Se admitió la fragmentación del partido sobre todo en el plano de los gobernadores.
Alberto Fernández volvió el viernes pasado, después permanecer dos meses en España. Su mandato al frente del PJ es hasta mayo de 2025. Por de pronto, en la reunión de Matheu se acordó llamar formalmente a una reunión del Consejo del PJ para los próximos días. ¿La encabezará Fernández?
Los aires de renovación también soplaron ayer en Cañuelas con una cumbre del PJ bonaerense. El diputado nacional y presidente partidario, Máximo Kirchner, convocó a intendentes y a legisladores nacionales y provinciales.
La novedad es la tensión entre el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, y Máximo Kirchner, cuando meses atrás eran aliados en el conurbano. Sergio Massa también comenzó a mostrarse pidiendo la unidad del partido.