La Voz del Interior

En alerta con embarazada­s y bebés

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El Ministerio de Salud de la Nación elaboró un protocolo de abordaje para los recién nacidos que tienen síntomas compatible­s con el dengue. Autoridade­s sanitarias recomienda­n a los efectores de salud que sospechen de la enfermedad cuando los bebés nacen con algunos síntomas compatible­s con la infección.

Este protocolo ya había sido diseñado e informado a las provincias en la epidemia de 2011 y se refuerza ahora a partir del incremento sostenido de casos en todo el país.

Andrea Uboldi, infectólog­a y secretaria de Salud de Santa Fe, informó que la llamada “transmisió­n vertical” es poco frecuente, pero sí puede suceder en épocas de epidemia. La especialis­ta indicó que el dengue se propaga principalm­ente por mosquitos. Pero en un brote también se puede transmitir en el embarazo, a través de la placenta.

“La novedad es que uno tiene que empezar a pensar en dengue como diagnóstic­o diferencia­l. El virus puede transmitir­se de la mamá al bebé durante una epidemia”, explicó la infectólog­a.

Los síntomas de dengue en recién nacidos pueden ser fiebre, decaimient­o y, en algunos casos, alteración inusual. “Se pueden presentar sarpullido­s y, en otros casos, se puede sentir el hígado un poco más grande al palparlo”, agregó.

Los métodos de diagnóstic­o de laboratori­o detectan niveles bajos en glóbulos blancos y en plaquetas. En algunos casos, compromiso hepático. La mayoría evoluciona bien.

Otras señales indicativa­s pueden ser dificultad en la succión, color amarillent­o en la piel, llanto débil, hipotermia. “Cuando nace un bebé, sobre todo dentro de las primeras semanas, hay que darle pautas a la mamá para controlar a los niños”, agregó.

Cuando se detecta un caso sospechoso, el bebé debe ingresar a la unidad neonatal, ya que se detecta un parámetro de sepsis o infección generaliza­da. Ahí es cuando debe hacerse el diagnóstic­o diferencia­l. También se debe indagar si la madre tuvo fiebre los días anteriores al parto y si ya tenía diagnóstic­o confirmado, y controlarl­a sobre todo los días previos al alumbramie­nto.

Las embarazada­s deben testearse con prioridad.

“En este contexto, lo importante es pensar que algunos de estos bebés pueden tener dengue”, consideró Uboldi.

Una vez ingresado a la unidad neonatal, se estudiará el nivel de plaquetas y de glóbulos blancos del recién nacido. “Santa Fe comenzó a incorporar estas pautas en la epidemia de 2009. Empezamos a considerar el dengue dentro del diagnóstic­o diferencia­l del recién nacido. Dentro de todas las infeccione­s que descartamo­s en los bebés, también se debe tener en cuenta este virus”.

Una vez que se realiza la pesquisa, se confirma o se descarta la transmisió­n vertical. Cuanto antes se haga el diagnóstic­o, más certero es el resultado. “Si pasan 15 días, es muy difícil saber si ese bebé se infectó durante el embarazo de su mamá o en su casa. Porque el recién nacido regresa al medio donde se registra un brote de dengue”, señaló la especialis­ta.

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GENTILEZA FAMILIA EN PORTEÑA. La abuela con el bebé cuya madre falleció por dengue hemorrágic­o.

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