La primera mujer gasista, plomera y electricista del norte cordobés
Noelia Altamiranda vive en Jesús María y se capacitó para formarse en un rubro laboral colonizado por hombres. Y no para de trabajar.
Hay mujeres que se atrevieron a romper con los mitos y las convenciones sociales en materia laboral. Una de ellas es la jesusmariense Noelia Altamiranda.
Su pasión la llevó a convertirse en la primera mujer –al menos según trabajadores de los mismos oficios– de todo el norte de Córdoba en especializarse formalmente como gasista, plomera y electricista matriculada.
Desde hace más de 13 años se dedica a la profesión que –dice– ama “como a nada en el mundo”.
Su esposo Gabriel es albañil y construye casas para alquilar, por lo que hace 10 años cada vez que se vencían los contratos debían enfrentarse a las roturas que dejaban los inquilinos en calefactores, aires acondicionados, cloacas, chimeneas, llaves de luz, y otros. Esa situación fue un primer acercamiento a este tipo de trabajos.
En 2010, llegó a sus oídos que se habilitaba un curso de electricista en Colonia Caroya. Noelia pensó en su esposo y se lo recomendó, pero la respuesta fue: “No, andá vos”. Fue así que ella cuenta que pensó por primera vez en la “remota posibilidad” de ser electricista.
Aprendió el oficio estudiando entre 20 hombres. Al culminar el curso contó que el intendente de Caroya dijo que “era la primera vez en la historia que había visto una mujer electricista”.
Entre mujeres
La primera persona que confió en su trabajo fue una vecina que “le dio toda la casa completa” para una instalación. Desde ese momento, la fueron recomendando entre vecinas, tías, abuelas, madres, hermanas y “se empezó a hacer una cosa de boca en boca”, en donde muchas personas la convocaban.
Durante la intendencia del exintendente Gabriel Frizza, el municipio de Jesús María habilitó un curso para futuros gasistas. Cuando se inscribió contó que en principio no la quisieron anotar “por ser mujer”. Se contactó con el intendente, quién se encargó de hablar para que la tomaran. Logró concluir su segunda capacitación y se recibió como gasista matriculada en 2013.
Su sed por seguir aprendiendo la impulsó a realizar capacitaciones en la ciudad de Córdoba, para obtener su título como gasista en segunda categoría, y así desempeñarse en edificios, fábricas y municipios.
“Si quieren ser...”
“Si ustedes quieren ser astronautas, estudien, luchen, capacítense como yo lo hice, cualquier persona puede hacerlo. No importa la edad, ni el género, si uno tiene ganas, puede llegar muy lejos. Gracias a mi profesión he logrado muchas metas, que quizás siendo una ama de casa no las hubiera logrado nunca”, reflexionó la mujer.
Además de convertirse en la primera mujer en esos rubros en una amplia región del interior, llegó a trabajar en diferentes localidades como Córdoba, La Calera, Cerro Colorado, Deán Funes, Colonia Caroya, Jesús María, Sinsacate y más.
“Se me abrieron un montón de puertas de trabajo que antes no tenía. Muchos colegas se sorprendieron porque no habían escuchado nunca a una mujer profesional en el rubro”, contó Noelia a La Voz.
En su cotidianidad, trabaja en obras junto a albañiles, realiza instalaciones de electricidad, de agua y de gas, diseña planos para Ecogas y se relaciona constantemente con colegas para diferentes obras.
Un hecho extraño que contó es que “por ser mujer “es que los dueños de casa tienen más “confianza”, al punto de dejarle las llaves de sus viviendas. A la vez, reconoce que en trabajos hogareños percibe que las mujeres suelen preferir convocarla a ella antes que a colegas varones.