El dorsal 44
Una polémica con reminiscencias de un pasado que el grueso de los alemanes no quiere que vuelva jamás estalló en el fútbol germano al advertirse que el número 44 de la nueva camiseta del seleccionado por la tipografía elegida se parecía peligrosamente al siniestro símbolo rúnico de las SS nazis, lo que generó una ola de protestas y el inmediato retiro de la casaca de las tiendas online, antes de que hordas de nostálgicos del nazismo se lanzaran a comprarlas convencidos de que la Federación Alemana de Fútbol les estaba dando una señal de que los viejos tiempos estaban por regresar y había que prepararse para invadir Polonia y, después, el resto de Europa.
Pero las cosas no quedaron limitadas al polémico 44, ya que el número cuatro, que sí fue utilizado por la selección germano en un par de encuentros, también tiene un perturbador parecido con la denominada “runa de la victoria”, que fue utilizada como emblema por las juventudes hitlerianas, según publicó el diario Bild, lo que llevó a la federación a asegurar que cambiará su diseño radicalmente. Según rumores, el lateral derecho germano luciría el cuatro en números romanos (IV) para evitar de esa forma cualquier asociación con la organización formativa nazi.
llega a aparecer otra sorpresa de este tipo, le vamos a meter números romanos a todas las camisetas y se terminó el problema”, dijo un dirigente. “Preferimos que nos asocien con las legiones romanas y no con los nazis”, finalizó. Sin embargo, esta iniciativa levantó reparos en las sensibilizadas oficinas de la federación donde consideraron que, si bien las legiones romanas operaron como fuerza de combate hace una bocha de tiempo, sus métodos eran tan sanguinarios como los de las SS, por lo que habría que buscar algún tipo de números que no estén relacionados con la barbarie humana.
En ese punto, un dirigente propuso utilizar números mayas a los que calificó como “inofensivos puntos y rayitas tipo código morse, que provienen de una cultura americana constructora de pirámides ya desaparecida”. Sin embargo, la propuesta fue desechada porque otro dirigente que había visto recientemente un documental sobre los mayas informó que eran muy propensos a las guerras y a realizar poco recomendables sacrificios humanos en los que se arrancaban corazones a prisioneros vivos. Además, señalaron que los periodistas se iban a encontrar en serios problemas para descifrar los números de los jugadores, sobre todo cuando se producen varios cambios simultáneos.
En medio de la polémica y de los discusiones sobre el tipo de números a imprimir en las casacas el Círculo de Cronistas Deportivos Retirados, la filial Ratisbona solicitó responsabilidad en la elección del estilo de los números de las casacas de la selección para que no remitan a siniestras organizaciones criminales y, a la vez, sean a la vez de fácil lectura para quienes cubren los partidos. “¿Es mucho pedir?”, se preguntó el vocero de la prestigiosa institución.
Esta toma de posición obedeció a la versión de que la Federación Alemana tenía también en carpeta la posibilidad de utilizar números sumerios de tipografía cuneiforme en las camisetas y así evitar nuevos problemas. Sin embargo, esta numeración sólo puede ser interpretada por arqueólogos altamente especializados y por la antigua clase sacerdotal de sumeria que se extinguió hace unos cuatro mil años aproximadamente.
Mientras esto se resuelve, siguen las discusiones sobre cómo llegaron símbolos casi-nazis nada menos que a las camisetas de la selección alemana. Tanto Adidas, la empresa encargada de la confección, como la Federación Alemana dan a entender que “se les pasó”, ya que ninguna de las partes involucradas en el diseño “vio alguna proximidad al simbolismo nazi”. Sin embargo, no son pocos los que se preguntan cómo hicieron para no advertir los parecidos en un país donde la simbología nazi está terminantemente prohibida por ley. Una cosa es que ese diseño de números aparezca, por ejem“Si plo, en las camisetas de Honduras o Benín, países donde seguramente no están muy familiarizados con los símbolos nazis, pero distinto es en Alemania, donde están un poco más empapados con el tema.
En gran medida, este tipo de problemas obedece a la tendencia de ampliar los números a utilizar en las camisetas del 1 al 99 cuando originalmente al ser implantados en el Mundial de 1954 se llegaba al 22. El tema va a ser si el reglamento permite ampliar a tres dígitos los números porque hay combinaciones numéricas esperadas, como el 666, el número que se asocia a Lucifer. “El día que un marcador central adopte ese número, vamos a tener a los Testigos de Jehová encadenados a los estadios, o a cristianos apocalípticos afirmando que es el anticristo, o que es una señal del final de los tiempos”, señaló con preocupación un dirigente. Queda claro que la cuestión numérica no es algo para tomar a la ligera.
Si el reglamento permite tres dígitos, hay combinaciones numéricas esperadas, como el 666, el número de Lucifer.