En Río Cuarto, arde el peronismo y se agota el tiempo
De no mediar una jugada de último momento que revierte el actual estado de cosas, el próximo martes 23 de abril – fecha límite para la inscripción de alianzas– el peronismo cristalizará la ruptura interna y estará a las puertas de competir en los comicios municipales de Río Cuarto con dos postulantes:
Guillermo de Rivas, el nominado por el actual intendente, Juan Manuel
Llamosas; y la exdiputada nacional Adriana Nazario, última pareja del fallecido exgobernador José Manuel de la Sota.
“Estamos jugando con fuego y nos vamos a quemar”, advierten peronistas del sur provincial ante la intransigencia de ambos candidatos.
Frente al escenario de división, el schiarettismo elevó la voz tratando de evitar que la oposición saque partido de la fragmentación, como ya lo hizo el año pasado en La Calera y Coronel Moldes.
“El peronismo no puede ir dividido. A eso lo tenemos que entender, porque de lo contrario vamos a entregarle el triunfo a la oposición”, dicen dirigentes que dialogan con Juan Schiaretti, quien transmitió internamente la “fuerte” preocupación que tiene sobre lo que podría pasar en el sur.
“Como ninguno de los dos parece dispuesto a ceder, tiene que postularse a quien mejor mida en las encuestas”. Esa es la propuesta del schiarettismo para evitar una eventual derrota ante Juntos por el Cambio.
Los opositores llevan como candidato al radical Gonzalo Parodi, cercano a Rodrigo de Loredo. Los peronistas confían en que el otro radical fuerte de la ciudad, el médico Gabriel Abrile (quien perdió la interna de la UCR con Parodi) termine encabezando una boleta por el sector libertario, pero eso, para los oficialistas de Río Cuarto, “está descartado”. “Ellos irán unidos y nosotros divididos. Es partido liquidado”, advierten con preocupación. Mientras que los llamosistas aseguran que De Rivas sigue levantando en las encuestas, los schiarettistas aseguran que la que sigue arriba es “la Gringa” Nazario. Hasta el momento, el gobernador Martín Llaryora evita entrometerse en la situación, pero el tiempo apremia.