“Se debe revalorizar el aspecto emocional que genera el arte”
Su mundo se divide entre las relaciones públicas y los cuadros. Desde su agencia DESARROLLA estrategias corporativas que combina buscando nuevas obras para sumar a su colección personal.
Desarrollar un plan de prensa es como pintar un lienzo en blanco, plasmando ideas que muestren la esencia de una empresa, su producto, su creación más querida. Por eso, para Mariela Ivanier, directora de Verbo Comunicación, ambos mundos tienen mucho en común. En verdad, trabaja en las aguas de las Relaciones Públicas desde que terminó el secundario hasta que en 1993 fundó su propia agencia boutique, a la que se sumó su padre un tiempo después, y transitoriamente, mientras completa sus estudios en Letras, su hija, Mora. Como creció en una casa en la que el arte ocupaba un lugar importante, con la misma naturalidad, sin proponérselo, fue armando su propia colección que compartía -hablamos en pasado porque a causa de covid-19, obviamente, están interrumpidas- con amigos y quien quisiera sumarse en tertulias muy particulares que llamó Té de Colección. “Evento donde desde hace varios años compartimos el amor por el arte con distintas personas del mundo de la cultura, la política y los negocios, disfrutando de unas copas y de un buen momento”, explica.
-¿Siempre te interesó el arte? ¿Cómo llegaste a incursionar en este ámbito?
-El arte siempre fue parte de mi vida. Hace muchos años, cuando mis padres se casaron y recibieron una pequeña suma de dinero como regalo de bodas, decidieron invertirlo en una obra de arte. Fue el primer símbolo de esa unión. Desde ese momento, ese cua
dro -y el arte- siempre nos acompañaron en mudanzas, cambios y distintos momentos de nuestras vidas. -Hasta que comenzaste tu propio camino como coleccionista...
-Muchos años más tarde, me inicié en el coleccionismo y conformé una colección de arte que comparto con mi hija Mora. Cada obra colgada es una parte de mi vida. Hoy, tenemos más de 300, muchas de artistas emergentes, con una particularidad: visten las paredes de mi casa, lo cual me permite disfrutarlas cada día; y un objetivo: mostrarle a quienes nos visitan que el arte puede ser atractivo y asequible para muchas más personas de lo que se cree.
-A lo largo de la historia las mujeres artistas no fueron normalmente reconocidas, ¿hubo y simplemente no lo cuentan los libros?
-En algunas épocas el mundo del arte, como muchos otros espacios, presentaba barreras para la participación y la promoción de artistas mujeres. El mercado estaba muy restringido y, más atrás en el tiempo, existían dificultades para el acceso a los talleres donde se realizaban las labores y la formación en este campo. Hoy, esto está cambiando y muchas mujeres debaten estos espacios, a fuerza de trabajo y talento. -¿Alguna vez dijiste que no considerás el arte como una “inversión”, ¿podrías explicar por qué? ¿Es un espacio elitista, cerrado, o esto es solo un prejuicio?
-Creo profundamente que se debe revalorizar el aspecto emocional que genera el arte. Naturalmente, como en toda industria, el interés por adquirir una obra que genere un rédito económico a futuro suele existir, y no está mal, pero pienso que no debería ser el único horizonte. La gente debe volver a darle valor a lo que le genera el arte internamente y comprar obras que le gusten, que tengan un sentido en ese momento de su vida.
-Estás escribiendo tu segundo libro, ¿podés adelantar algo al respecto?
-Es una continuación. Hace unos años tuve la oportunidad de editar mi primer libro y presentarlo en el Malba. Era un compilado con fotos de todas las obras que forman parte de la colección de arte que tenemos en casa, junto a textos de amigos, colegas, y pequeñas tomas de eventos. A raíz de ese libro me convocaron de Editorial Planeta para compilar una segunda edición. Propuse hacerlo sobre las mujeres, el arte y la creatividad. La editora es Gabriela Comte, quien trabaja también para el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires. Estamos entrevistando a más de 150 mujeres representativas del mundo del arte, que cuentan historias sobre lo que pintan, filman, diseñan; profesionales que dirigen galerías, museos. Tienen historias increíbles para contar.
-Como amante, coleccionista y difusora del arte: ¿qué le dirías a una persona que quiere acercarse y no se anima o no sabe cómo empezar?
-Además de coleccionista, me considero una disfrutadora del arte. Y creo que eso es esencial cuando uno se introduce en este mundo. Le diría que empiece, que es un espacio apasionante, en el cual hay mucho por descubrir. Leer, formarse poco a poco, recorrer, escuchar; pero también dejarse sorprender por las obras e ir educando el ojo, sin dejar de conmoverse nunca.
“La gente debe volver valor a darle a lo que le genera el arte internamente y comprar obras que le gusten, sentido que tengan un en ese momento de su vida”.