Preservar para el futuro
La preservación de la fertilidad es una rama de la medicina reproductiva desarrollada con el propósito de asistir a las personas que necesitan resguardar su fertilidad. A lo largo de los años, se crearon distintas técnicas que permitieran dar respuesta a quienes debían someterse a procedimientos médicos que afectarán su fertilidad. En la actualidad, además, se utiliza como opción para aquellas mujeres que decidieron posponer su maternidad.
Hay muchos factores que hacen que una pareja tenga problemas para concebir un hijo. En este sentido, la postergación de la maternidad por cuestiones sociales ha dado lugar al concepto de planificación reproductiva: la construcción controlada de una potencial familia sobre la base de información objetiva del estado reproductivo de la persona.
Para preservar la fertilidad existen distintos tratamientos: Fertilidad femenina:
Bancos de tejido ovárico y cultivo de folículos: cirugía translaparoscópica para obtener el ovario o parte de él y se criopreserva para madurar.
Vitrificación de ovocitos para la preservación de la fertilidad: extraer óvulos maduros y criopreservarse para ser fertilizados en un futuro.
Trasplante de tejido ovárico. Fertilidad masculina:
Bancos de semen y de tejido testicular: obtener, analizar y criopreservar células espermáticas.
Además, hoy, a través de una serie de tests es posible determinar la reserva reproductiva de la mujer y si su grado de fertilidad es la esperable para su edad o si está disminuida. A partir de allí, será posible tomar los recaudos necesarios para planificar embarazos a futuro sin problemas, con información objetiva.
Como médicos, tenemos que intentar cuidar a nuestros pacientes y ayudarlos a tener una vida más saludable, promover los cuidados de fertilidad, su preservación significa ir un paso más allá de lo meramente asistencial. Es necesario el compromiso social y una responsabilidad como proveedores de salud en donde la educación en la anticipación de patologías evita reales complicaciones a futuro.