El mito de la MEDIA NARANJA
No importa qué tan racional sea una persona, no importa siquiera su nivel de inteligencia, no importa en absoluto cuánto reniegue de las posturas místicas o mágicas; cuando se trata de buscar el amor, todo ser humano es capaz de caer preso del dominio de las fantasías. Aunque pocos lo reconocen abiertamente, lo cierto es que son muchos los que ven el amor de pareja como la gran panacea y como aquello que habrá de complementarlos. Pero nadie puede ser completado, todos tenemos una falta necesaria gracias a la cual existe en nosotros el deseo.
De hecho, si otro nos completara, ya no habría en nosotros qué desear y, por ende, sobrevendría la angustia. Pero pese a que, como seres humanos, estructuralmente tenemos y requerimos de esa falta, es común que se fantasee con la búsquedaueda de un alma gemela que, de ser hallada, habría de completar nuestro ser.r. De ahí que se habla tam-mbién de “la media naranja”,anja”, de esa otra mitad que encaja-encajará a la perfección con nosotrosnosotros y con la cual seremos una naranja bien completa,ta, redonda, jugosa y conon vitamina C.
La fantasía acerca de esa otra mitad es-escurridiza ha habitado en el ser humano desde un tiempo impreciso. Quien desee rastrear antecedentes filosóficos sobre el tema bien puede leer El Banquete, de Platón, más precisamente el discurso de Aristófanes. Aquí tan solo hablaremos de esta fantasía de otro que nos completa como del “mito de la media naranja”. Si tú eres de los devotos de dicha fantasía y afirmas ser feliz así o aseguras incluso haber dado por fin con esa otra cítrica mitad que te completa, espero no te ofendas si te invito a regresar al planeta Tierra para escuchar una postura diferente. En definitiva, de no adherir a ella, siempre podrás abordar tu nave espacial multicolor y regresar al mágico lugar en que habitas. Sé bien que nadie quiere sufrir un desengaño. Pero si no quieres sufrirlo, no te engañes.
Pueden encontrarse muchas definiciones del amor romántico, generalmente de tinte poético, pero quien para mi gusto mejor define este sentimiento es Jacques Lacan, cuando dice: “Amar es dar lo que no se tiene a quien no es”. Si bien, en principio, la frase parecería algo confusa, lo cierto es que define con gran realismo el acto de amar y, desde luego, se opone claramente al mito de la media naranja. Para dicho autor, cuando amamos damos lo que no tenemos, porque uno nunca tiene lo que habrá de satisfacer al otro totalmente. Siempre habrá un grado de disconformidad, un resto, una falta, una imposibilidad de dar a ese otro lo que precisa para ser completado. Al mismo tiempo, tampoco el otro es (no en su totalidad) lo que habrá de completarnos a nosotros.
Esta postura más realista quizás parezca menos romántica, sin embargo, nos ayuda a no engañarnos a la hora de buscar pareja. ¿Esto quiere decir que nunca habrá otro que nosnos ssatisfaga por completo?to? Exactamente. Pero no sisignifica que debemos aceptara a cualquier otro nni a cualquier defecto o ffalta de ese otro. Cuandod se trata de encontrartr pareja, simplemente debdebemos dar con ese otro cuyas ffaltas no sean significativastivas para nosotros, no en comparaciparación con todas aquellas cosas que sí nos gratifican de él. Y lo que para ti puede resultar una falta grave, tal vez para otra persona no lo sea y viceversa. Por suerte, no todos tenemos los mismos gustos cuando de amor se trata.
Si no quieres sufrir, mejor que desestimes tu búsqueda de otro igual a ti. Es cierto que las coincidencias gratifican, pero no olvides que son las diferencias las que nos enriquecen. Además, pretender encontrar a tu media naranja es como pretender hallar a otro que te asegure la felicidad, lo cual no es posible. No delegues en los demás tus propias responsabilidades. En lo que respecta a tu felicidad, el único responsable eres tú mismo.