Dificultades en el habla de los chicos
El “gorjeo”, las primeras vocalizaciones del bebé, es la señal de que el niño quiere comenzar a hablar. Los padres suelen ponerse ansiosos por sus primeras palabras, pero existen casos donde pasado el año de vida los niños todavía no hablan. Hay ejercicios, formas de estimularlos y de corregirlos. Hablarles correctamente desde niños, leerles cuentos y cantarles pueden ayudarlos a desarrollarse en esta área.
En la adquisición de la lengua, un factor dominante es el “imitativo”. Cuando los padres o las personas cercanas a los niños sufren de alguna “dislalia” hay probabilidades que el pequeño también pronuncie mal o incorpore la misma dislalia, por un tema de imitación. Esto también ocurre, más allá de las dislalias, con palabras mal pronunciadas o usadas. Lo importante para ayudar al bebé o al niño es que el entorno le trasmita una correcta dicción.Y la estimulación a través de lecturas de libros infantiles, los juegos y canciones son sumamente importantes durante los 2 primeros años de vida.
A la mala pronunciación se la denomina “dislalia”. Se provoca cuando el punto articulatorio, que es donde la lengua se coloca sobre el diente, por algún motivo el chico lo coloca de manera equivocada y la letra no se pronuncia bien. Esta es la descripción de una “dislalia”.
Las onomatopeyas pueden ser un buen recurso de estimulación en la etapa prelingüística, debido a lo fácil de generar juegos y conceptos. Pero no deben extenderse. Los niños tienen que entender los códigos del lenguaje adulto y no al revés. Los adultos solemos hacer cosas para facilitar la palabra. Lo bueno es hacerlo sin reemplazar el simbolismo de la palabra misma. Es decir, el perro hace “guau-guau”, pero “guau-guau” no es el perro. No se debe reemplazar las palabras por onomatopeyas.
Hasta pasado el primer año de vida, lo más importante de observar en los pequeños es el “lenguaje receptivo”. Es decir, saber si el bebé entiende lo dicho por los adultos. Y cómo nos damos cuenta, a través de lo gestual, miradas, risas, aceptaciones y todo el sinfín de expresiones que puede tener un bebé de un año. Hay que observar la “intencionalidad comunicativa”, va”, que se verá en cada niño de acuerdo con sus propias posibilidades. Los tiempos en los que comienza a pronunciar sus primeras palabras, cuando las convierte en palabra-frase para concluir después de los 2 años en la construcción de frases.
Las malformaciones maxilofaciales pueden ser parte de las dificultades en el habla, como por ejemplo, la fisura labio alveolo palatina más conocida como labio leporino.
Si hay algún tipo de trastorno en el habla que puede darse por motivos emocionales. Frente a grandes crisis, sobre todo pérdidas por muerte, , separaciones y otras circunstancias límites, hay chicos que presentan con- ductas “regresivas” pudiendo en muchos casos generar una dificultad en n el habla. Este tipo de situación si se la transita con paciencia, la asistencia a profesional y mucha dedicación podrá resolverse y no dejar “fijada” ninguna secuela. Con la conducta apropiada, y tomando decisiones acertadas, s, se puede solucionar eficazmente.