Pareja se busca
Cuando se decide la cruza de una hembra o de un macho, hay mucho trabajo y dedicación por delante. Consejos para encontrar el candidato ideal y resolver qué hacer con los cachorros
No son pocos los dueños de perros de raza que se plantean cruzarlos para vender los cachorros o bien, conservarlos y agrandar la familia. Sin lugar a dudas, la escena de la perra rodeada de sus cachorros es enternecedora y es comprensible que muchos se aventuren a hacerla realidad.
La crianza de perros, es una tarea gratificante pero muy sacrificada y exigente que va a necesitar de todos nuestros esfuerzos, tanto en dedicación como en el aspecto económico.
Una perra está en condiciones de te- ner cría, cuando se haya desarrollado física, mental y sexualmente. Para las razas pequeñas esto ocurre hacia los 18/20 meses, mientras que para las grandes habría que esperar un poco más, hasta los 24/26 meses. Además de respetar su tiempo fisiológico óptimo, también es importante que el animal se encuentre en perfectas condiciones de salud a nivel nutricional, de vacunación, de desparasitación, etc.
Todo bajo control
En todos los casos es conveniente realizar la cruza con un animal de su misma raza.
Tanto el perro propio, como el candidato a convenir, deben pasar por una revisión del veterinario, para cerciorarse que cumplan al máximo con el estándar de la raza a nivel físico, además de encontrarse en óptimas condiciones de salud y estar exentos de posibles enfermedades genéticas específicas de la raza.
Una vez elegido al animal para la cruza, se deberá establecer con su propietario las condiciones. Lo recomendable es firmar un documento por ambas partes donde se detallen todos los pormenores, este sencillo trámite podría evitar muchos problemas en el futuro. En ese contrato deben figurar los datos tanto de los propietarios como de los animales. Además, hay que detallar el precio que recibirá el dueño del macho, o especificar si prefiere algún cachorro de la camada, el número de animales y el sexo que desea. Normalmente, si el apareamiento en sí no se cobra, la camada se reparte entre los dos propietarios con las condiciones que se establezcan.
Es muy importante saber con anticipación quienes serán los futuros dueños de los cachorros, y así evitar que caigan en manos irresponsables o tener que improvisar soluciones de última hora, cuando no se está en condiciones de hacerse cargo de las crías.
Para bienestar y tranquilidad de los dueños y los perros, el apareamiento debe realizarse en un lugar tranquilo y conocido para los animales, especialmente del macho. La hembra en celo no suele oponer resistencia, sea cual sea el lugar donde se encuentre.
Una manera de asegurar el éxito de la fecundación, es procurando como mínimo de dos a tres encuentros en un periodo de 48 horas. No se debe forzar nunca a la hembra a aparearse, ya que es contraproducente e indigno para el animal. De no quedar embarazada, hoy es posible recurrir a la la inseminación artificial.