La adopción de perros
Ante el deseo de tener un perro, surge la posibilidad de adoptar. Esta acción, además de ser un verdadero acto de amor, conlleva un sinfín de satisfacciones
En los últimos años, en nuestro país, se ha incrementado la adopción de perros en estado de abandono. Esto implica darle a un animalito una segunda oportunidad, es decir, cambiar su realidad ayudándolo a recuperar su salud y la confianza en los seres humanos. Asimismo, al adoptar se ayuda a liberar espacio en los centros de adopción y los refugios, permitiendo que más perros puedan ser rescatados de las calles. Por eso, es importante afirmar que el acto de adopción salva dos vidas: la del animal que encuentra un hogar y la de aquel que ingresa en su lugar para ser recuperado.
Ya sea que se elija un cachorro, un perro adulto joven o uno entrado en años, hay que tener presente que luego de la emoción por su llegada, éste va a requerir de cuidados y atención durante toda su vida, a cambio de convertirse en un compañero fiel. Quienes lleven a cabo esta ac- ción, comprobarán que rescatar a un perro es un desafío lleno de satisfacciones.
“Si hay chicos en el hogar que recibe al perro, es muy importante enseñarles que no es un juguete sino una compañía que se incorpora a la familia y, por sobre todo, un ser vivo que necesita respeto, descanso y privacidad. Respetar sus tiempos y su espacio es vital para lograr una convivencia feliz”, afirma Andrea Arbelaiz, Presidente de APEMA, una organización sin fines de lucro dedicada al bienestar y protección animal.
PARA PENSAR
Qué tipo de perro se quiere. Tenerlo bien en claro antes de adoptar. Determinar si se busca la energía y vitalidad de un perro joven y fuerte o el carácter más apacible de uno adulto. Saber si se adoptará un perro para que sea el compañero en caminatas tranquilas, o bien para salir a correr. Dado que hay tantos animales buscando una nueva oportunidad, seguro se podrá encontrar uno que se acomode a su carácter y predilección. Es importante saber que estos perros son muy agradecidos y tienen una capacidad de adaptación asombrosa y entrega a la familia.
Un compromiso de vida. Además del alimento, hay que considerar las consultas al veterinario, la higiene, las necesidades sanitarias, las emergencias, etc. Pero, más allá de los recursos, el nuevo integrante del hogar requerirá dedicación para compartir juegos y aprender hábitos.
Espacio y esparcimiento. Se le debe brindar un espacio razonable, como así también el tiempo mínimo disponible, para realizar ejercicio diario. Todo perro necesita “explorar” a través de paseos diarios para estar sano físicamente y sin estrés.