La serotonina y el triptófano
La serotonina es un neurotransmisor que lleva y trae mensajes entre los nervios del cuerpo desde el cerebro. Es responsable de estimular varias hormonas que regulan el humor y los estados de ánimo, segregar melatonina que nos ayuda a dormir, gobernar el apetito, el deseo sexual y el umbral del dolor. Su dé cit está relacionado directamente con la depresión. Los niveles bajos de serotonina surgen de una de ciencia de triptófano, un aminoácido que se encuentra en pocas cantidades en ciertas proteínas. El triptófano es un aminoácido que el cuerpo necesita para sintetizar la serotonina, pero no lo puede fabricar por sí mismo. Por ende, lo debe encontrar en los alimentos, en particular en ciertas proteínas, sobre todo: carnes blancas (cordero, pollo, pavo), pescado de mar (atún, sardinas y salmón) y crustáceos (gambas, langostinos, cangrejo), legumbres (aduki, lentejas y habas rojas) y frutas como los dátiles, la banana, la papaya, la palta y, por último, el cacao. También se encuentra en las carnes rojas, los lácteos y los huevos, sin embargo, estos alimentos contienen una mayor cantidad del aminoácido tirosina que estimula las hormonas responsables de darnos fuerza y energía, anulando el efecto del triptófano. El triptófano, para estimular la segregación de serotonina, tiene que estar presente en el cerebro, si no, el organismo intentará buscarlo en otras partes, utilizando el azúcar como agente para abrir el camino. Esta es la razón por la cual la gente suele relacionar lo dulce con el placer, porque es el azúcar que lleva el triptófano hacia el cerebro y activa la producción de serotonina lo que genera esa sensación de placer y ese estado de ánimo, además de estimular la producción de melatonina que es lo que nos permite conciliar el sueño y descansar bien. El azúcar ayuda a incrementar los niveles del aminoácido triptófano en el cerebro, gatillando la liberación del neurotransmisor serotonina que a su vez produce melatonina, que el organismo necesita en la segunda mitad del día para bajar las revoluciones y prepararse para el descanso nocturno. La serotonina también genera una sensación de bienestar y placer, por eso, los que sienten compulsión por comer algo dulce a la tarde, combinado con di cultades para conciliar el sueño y descansar bien, pueden padecer un dé cit de triptófano e instintivamente buscan lo dulce para compensar esta carencia. Como, además, la ingesta de azúcares rápidos, particularmente en la segunda mitad del día, conduce a la obesidad, se está examinando la hipótesis de que las personas con una tendencia a engordar que no pueden controlar su deseo de lo dulce padezcan un dé cit de triptófano. exógenos como el estrés y los malos hábitos como comer a deshora y dormir poco. Es decir que, muchas veces, el no poder cumplir con la dieta no se debe a falta de voluntad sino a la falta de hormonas. Las carencias de determinados aminoácidos y micronutrientes que se manifiestan como fatiga, estados anímicos depresivos o irritables, trastornos de sueño, compulsiones alimenticias pueden provocar una serie de problemas de la salud, desde lo dermatológico hasta lo cardiovascular y lo psiquiátrico.
La cronobiología nutricional
El Dr. José Antonio Casermeiro, especialista en nutrición y medicina anti-
age, explica los fundamentos de esta
terapia: “Nuestro principal sincronizador es el sol que nos marca cuándo tenemos que despertamos y cómo van a desarrollarse los ritmos biológicos. Pero después del sol, lo más importante son los horarios de las comidas. El sol y los estímulos de la alimentación producen varias series de reacciones en cadena que hacen funcionar la compleja máquina que es el cuerpo humano. Todos segregamos unas hormonas por la mañana, otras por la tarde y otras por la noche que regulan todo el funcionamiento del cuerpo y están en constante cambio. Por ejemplo, la tensión arterial es más alta a la mañana, por eso hay más infartos a esas horas y más partos espontáneos en la madrugada; la hormona del crecimiento tiene un pico nocturno y la temperatura corporal es más alta por la tarde. No hay ni un solo parámetro del cuerpo que sea igual durante todo el día, todos varían acorde a las funciones fisiológicas que deberíamos estar ejercitando. Las enfermedades cronobiológicas son disfunciones de los ritmos internos con respeto al ciclo del sol. Sabemos que la gente que trabaja por turnos y tiene que cumplir con horarios nocturnos vive menos años, tiene más enfermedades, sobre todo cardiovasculares y tienen una tendencia a engordar más”.