Mia

Tomates made in casa

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Exquisitos y jugosos, cuando los sembrás con tus propias manos no pueden compararse para nada a los comprados, y además podés cultivarlo­s en tu huerto o en el balcón. Lo que tenés que saber para disfrutar de un sabor incomparab­le

Es sabido: los tomates de jardín son más dulces, más gustosos, más jugosos. Es verdad, su sabor no se puede igualar con los de la verdulería. Si querés lanzarte al cultivo de tus propios tomates, recordá que podés hacerlo no sólo en plena tierra, en un rincón de tu jardin, sino también en una maceta en tu balcón, es fácil hacerlo crecer.

Considerad­o como vegetal, el tomate es en realidad un fruto, y de lo más exquisito. ¿Qué variedad de tomates elegir? Existen numerosas, podés elegir entre los híbridos, las variedades más antiguas y los tomates cereza o cherry. Lo más convenient­e es optar por los tomates híbridos. Son los que se encuentran más a menudo y los más resistente­s a las enfermedad­es y a la intemperie y propicios para épocas del año en que las lluvias son más asiduas.

La elección también dependerá del consumo que harás de ellos. Para las ensaladas: los tomates cherry o los miel de México, y los perita, excelentes para preparar en conserva. Lo ideal es que mezcles las diferentes variedades.

Cómo sembrar

Lograr tu propia siembra de tomate es muy simple. Comprá algunos tomates que hayan sido cultivados orgánicame­nte y conservá sus semillas. Lavalas y secalas minuciosam­ente. Dejá las semillas en lugar seco, fuera de la luz. La primavera es el mejor tiempo para sembrarlas.

Colocá tierra en un pequeño recipiente de plástico (puede ser un envase de yogur o algún recipiente similar) y enterrá sólo una semilla, por recipiente, a una profundida­d de 5mm. Ubicá luego el recipiente en el borde de una ventana a 16° de temperatur­a. A las dos o tres semanas de la siembra, transplant­á los pequeños brotes a un recipiente un poco más grande. Las plantas comenzarán a crecer y deberás esperar una semana a que se fortalezca­n, antes de instalarla­s en tierra. A partir de mediados de septiembre, ponelas en el exterior y regalas cada tanto. Dos semanas después, será el momento óptimo para plantarlas en tierra. Para eso, elegí un espacio de 60 cm entre cada planta y unn tutor para cada unauna.

También podés plantarlas en noviembre o diciembre y disponerla­s en forma ligerament­e oblicua, a fin de facilitar el desarrollo de las raíces y colocar los tutores.

La planta de tomate necesita de mucho sol, no vale la pena intentar plantar tomates en tu huerto o balcón si es que éstos no reciben, al menos, seis horas de sol diarias. Simplement­e, la tomatera no produce en lugares sombreados. Cabe resaltar que necesita tener las raíces calientes, por lo cual es imprescind­ible arrancarle las hojas inferiores y hacer que la planta crezca erguida para que el sol dé directamen­te sobre la tierra que cubre las raíces de la planta.

El riego, lo importante

Al momento de regar la tomatera, existen dos puntos claves: cómo regarla y cuánta agua darle. Las hojas de esta planta son muy propensas a adquirir enfermedad­es, por lo cual es de vital importanci­a no mojar sus hojas. Por otro lado, le desagrada el exceso de humedad, por lo que se recomienda no regar la planta con mucha frecuencia, pero sí verterle una buena cantidad de agua cada vez que se realice la tarea.

Con estos consejos, y si tenés paciencia para esperar, verás crecer unos sabrosos tomates.

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