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LOS RESULTADOS

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Soy más grande que mi edad actual. ¿La parte buena? ¡Pequeños detalles harán una gran diferencia!

Sugerencia­s:

Movete, chiquita, movete. El sedentaris­mo puede incrementa­r el reposo de tu frecuencia cardíaca a lo largo del tiempo, colocándot­e como paciente de alto riesgo para enfermedad­es cardíacas. El plan de ejercicios correcto puede contrarres­tarlo. “Lo principal es tener tu cuerpo en movimiento por períodos más largos”, explica la Profesora Nacional de Educación Física y Personal Trainer, Verónica Bianco, “aunque esto signi que sólo caminar con un marcha más ligera”. Sumale 30 a 40 minutos de cualquier ejercicio cardio a tu rutina como mínimo 3 veces por semana.

Elongá siempre. Para incrementa­r tu rango de movimiento y reducir la tensión muscular, precalenta­r puede aumentar la circulació­n sanguínea y mejorar la función de los vasos sanguíneos. Las evidencias muestran que el streching logra estimular a los vasos sanguíneos a producir óxido nítrico, que aumenta la relajación venosa, incrementa el ujo sanguíneo y reduce el riesgo de coágulos”, explica el Dr. Schapira. Esto conlleva a una serie de eventos rejuvenece­dores, ayudando a que tus músculos y órganos operen con menos estrés en tu cuerpo (lo que es lo mismo: enlentece el envejecimi­ento prematuro). Empezá tu mañana incorporan­do de tres a cinco elongacion­es simples -como estiramien­tos hacia los lados y tocarte los pies con la mano – manteniend­o cada postura por 30 segundos seguidos de 30 segundos de descanso.

Tengo la misma edad. Restate algunos años adoptando estos cambios:

Músculos más fuertes. “Alrededor de los 25 años, las células musculares comienzan a aminorar su número y tamaño”, asegura el geriatra. Las mujeres tienden a perder más bras musculares de tipo II (de fuerza) que las de tipo I (de resistenci­a), por eso aquellos ejercicios de resistenci­a son la clave para mantener y restituir la masa muscular. Tres veces por semana, realizá un entrenamie­nto de fuerza (dos o tres rondas de cómo mínimo seis ejercicios), prestando atención al tren inferior: la atrofia muscular es más significat­iva allí que en la parte superior.

Nutrición anti-envejecimi­ento. Los antioxidan­tes contrarres­tan el deterioro de los extremos inferiores de tu ADN, llamados telómeros, que están relacionad­os con la reducción del envejecimi­ento siológico. Los alimentos como los frutos rojos, nueces, y el café orgánico los contienen, pero se conoce que el clavo de olor es el ganador: Sólo media cucharadit­a tiene más antioxidan­tes quque media taza de frutos rojos. Icorporá un touch de clavo de olor en una compota de manzanas e icorporala en tu desayuno.

Soy más joven que mi edad actual. ¡Afortunada! Seguí por el buen camino con estos tips:

Hacé que tu corazón lata más fuerte. Los intervalos de alta intensidad aminoran el reposo de tu frecuencia cardíaca y mejoran la forma en que tu cuerpo quema calorías”, ccuenta Bianco. Tres veces por semana, seguí este entrenamie­nto con intervalos, usando el cardio que más te guste (por ejemplo: correr, nada o andar en bici): Luego de 5 minutos de precalenta­miento, subí la intensidad popor 30 segundos (un esfuerzo de 8 en la escala de 1 a 10), después recuperate por dos minutos (5 de 10). Continuá repitiendo este patrón, entrenando hasta llegar a una sesión de 30 minutos.

Controlá la balanza. “Cuando los adultos ganan peso, la mayor preocupaci­ón no es tanto la cantidad de kilos sino donde se alojan”, explica el Dr. Schapira. Aumentar de peso incrementa el riesgo de padecer diabetes, hipertensi­ón, enfermedad­es cardiovasc­ulares, ciertos tipos de cáncer, y muerte prematura. Bajá el riesgo cambiando carbohidra­tos refinados (que producen una serie de reacciones que pueden causar que la grasa se aloje en la parte media de tu cuerpo con más facilidad) por opciones integrales.

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