Mejor empezar TEMPRANO
En la estimulación temprana es muy importante cuidar y proteger la iniciativa, la independencia y la autoestima del niño durante todo su proceso de aprendizaje. Al mismo tiempo, vale la pena tomar en cuenta factores importantes para lograr aprovechar los estímulos adecuados a los cuales nuestros hijos puedan estar expuestos. Los niños no son todos iguales, cada uno tiene su propio ritmo de desarrollo que depende de la maduración del sistema nervioso. Es importante entender los parámetros de desarrollo pero es más importante todavía entender que son bastante amplios y dependen de varios factores. Al reconocer el patrón de desarrollo general, podemos utilizarlo como una guía para presentarle al bebé los estímulos y actividades adecuados. La estimulación debe ser una experiencia positiva. No se debe forzar al niño a hacer ninguna actividad. La única forma en la que el niño aprende durante esta primera etapa, es si está predispuesto a aprender y asimilar nueva información, es jugando. El juego es la mejor manera de estimular a un niño. Además, es importante que no tenga hambre, que haya dormido su siesta y se sienta cómodo. Los padres van aprendiendo a leer el comportamiento de su bebé y a respetar sus necesidades. El cariño y la comunicación son esenciales. Cuando el adulto comparte momentos especiales de afecto con su hijo está reforzando el vínculo emocional que es la base para la seguridad e independencia. El comunicarse y estar atentos a las respuestas ante los estímulos ayudan al adulto a conocer las necesidades de su hijo y a reaccionar de la mejor manera. La repetición es muy importante. Los niños aprenden cuando se les presentan varias oportunidades para hacerlo. La repetición les da seguridad y desarrolla su confianza y memoria al aprender a anticipar eventos o actividades. La presencia de un adulto (de preferencia madre o padre) es básica. El niño que se siente protegido y seguro está mucho más abierto a aprovechar las actividades que se le presenten. Además, el adulto se vuelve el facilitador exclusivo de materiales y actividades hasta que el propio niño empieza a tomar iniciativa. En 1992, Zero to three identificó las siete capacidades socio-emocionales más importantes para preparar a los niños para el ingreso a la escuela porque les proveen el “cómo aprender”. Estas habilidades abren camino al éxito escolar: 1. La confianza es el sentido de auto-control y dominio del propio cuerpo, comportamiento y mundo propio. Los niños sienten más probabilidad de éxito en sus emprendimientos y esperan que los adultos sean de su ayuda. 2. La curiosidad es descubrir acerca de las cosas, algo positivo y placentero. 3. La intencionalidad es el deseo y la habilidad de generar un impacto y la determinación de actuar en pos de ese deseo con perseverancia. Un impulso o emoción interna se expresa externamente a través de una acción o comunicación y esta habilidad está relacionada con sentirse competente y efectivo. En el caso de niños con necesidades especiales, la expresión externa de intencionalidad puede variar con respecto a la esperada por niños en desarrollo típico. 4. El autocontrol es la habilidad de modular y controlar las propias acciones basando las formas según la edad del niño. 5. Relacionarse es la habilidad de conectar con otros que se basa en comprender y ser comprendido por los demás. 6. La capacidad de comunicación es el deseo y la habilidad de intercambiar ideas, sentimientos y conceptos con otros de manera verbal u otra forma. 7. La cooperación es la habilidad de equilibrar las necesidades propias con las de los otros en una actividad grupal.