Mi perro, ¿mi bebé?
Reflexionar acerca del trato que le damos a nuestra mascota, echa luz sobre cómo nos comunicamos con la gente
Algunas personas suelen tener una relación tan estrecha con su mascota que es muy común escucharlas decir que es su “bebé”. Incluso, se refieran a su amigo animal como “mi hijo”.
Es importante reflexionar acerca de cómo tratamos a nuestras mascotas, los errores que podemos cometer en nombre del cariño que sentimos hacia ellos e incluso el posible daño que podemos causarles. Si bien es cierto que se puede llegar a tener un vínculo tan estrecho con un animal que supere la amistad o el contacto que tengamos con las personas que nos rodean, es necesario analizar los factores que rodean esta situación.
Test de relación animal
El cuestionario que a continuación presentamos te guiará en la relación que establecés con tus mascotas. Simplemente, respondé sí o no con total sinceridad.
1. ¿Nos cuesta trabajo llevarnos bien o comunicarnos con nuestros compañeros de estudios o trabajo, familiares, pareja o amigos?
2. ¿Estamos tan decepcionadas de la gente que sentimos que solamente los animales merecen nuestro respeto?
3. Como no tenemos hijos, porque nos acabamos de casar, porque lo postergamos o porque no podemos tenerlos, ¿hemos decidido tener un “hijito” animal?
4. ¿Vestimos a nuestra mascota de forma tal que parezca una personita o la llamamos con apodos cariñosos que no empleamos con nadie más?
5. ¿Celebramos los aniversarios de nuestra mascota (día de nacimiento, fecha de muda de dientes, primera camada, primer “novio”, etc.?
6. ¿Sentamos a la mesa a nuestra mascota?
7. ¿Nos dirigimos a ella de la misma manera que hablamos a otras personas (sea en tono de halago, reproche o explicación), o incluso utilizando frases más elaboradas y detalladas?
8. ¿Buscamos que los demás le den la misma aceptación y trato que nosotros mismos le brindamos?
9. ¿Gastamos más en prendas, juguetes, bocadillos especiales para nuestra mascota que en artículos para nosotras mismas ?
10. ¿Le damos de comer lo mismo que nosotras comemos (no sobras) porque consideramos que el alimento para animales “afecta su paladar”?
11. ¿Es nuestro “hijito” y les decimos a los familiares y amigos que ellos son los “tíos”, “hermanos”, “abuelos” de nuestro animalito?
12. ¿Creemos que nadie más nos acepta o comprende que nuestra mascota?
Si hemos dicho “sí” al menos a cinco de los puntos anteriores, significa que tenemos algunos problemas para relacionarnos con los demás y que, además, estamos antropomorfizando a nuestra mascota.