¡Se vienen los exámenes!
La ansiedad ante los exámenes es una serie de reacciones emocionales negativas que algunos alumnos sienten frente a la instancia de evaluación. No es un miedo irracional, ya que la actuación en ellos determina gran parte del futuro académico de la persona. Pero cuando la ansiedad se da a niveles muy elevados, puede interferir seriamente en en el futuro del estudiante. Esta ansiedad puede ser anticipatoria, cuando el sentimiento de malestar se produce a la hora de ponerse a estudiar o al pensar en qué pasará en el examen, o situacional si acontece durante el examen. En la mayoría de las ocasiones, existe un agente real o percibido que activa la ansiedad: puede ser sencillamente una experiencia anterior de bloqueo de un examen o de haber sido incapaz de recordar respuestas sabidas. Si la preparación ha sido correcta, la ansiedad puede estar debida a pensamientos negativos o preocupaciones. Es posible estar pensando en exámenes anteriores, en cómo otros compañeros están haciendolo o en las consecuencias negativas de la evaluación. También es posible una falta de preparación y, cuando esto sucede, puede deberse a un mal manejo del tiempo, malos hábitos de estudio o un “atracón” de estudio la noche anterior pueden incrementar considerablemente la ansiedad Los efectos se dan a nivel fisiológico, psicológico y emocional. A nivel fisiológico, puede aparecer taquicardia, tensión muscular, náuseas, sequedad en la boca o sudoración. A nivel psicológico, se puede experimentar una imposibilidad de actuar, tomar decisiones, expresarse o manejar situaciones cotidianas. Como consecuencia, se puede tener dificultad a la hora de leer y entender preguntas, organizar pensamientos o recordar palabras o conceptos. También es posible experimentar un bloqueo mental (quedarse en blanco), lo que se manifiesta en la imposibilidad de recordar las respuestas pese a que éstas se conozcan. Por último, las reacciones emocionales pueden llevar a sentirse triste, inquieto, enfadado o desvalido.