Mia

Decálogo de la reconcilia­ción

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No toda la culpa de la crisis de pareja la tienen las peleas. Muchas veces, al no saber volver del enojo y la distancia, ambos o uno de los miembros pone un manto de hielo sobre la relación. No son pocas las parejas que comenzaron a dormir separados y hasta casi sin hablarse por años después de un enfrentami­ento del que no recuerdan ni siquiera la causa. Por eso, si no podemos evitar o sanar las peleas, respetemos estos 10 consejos para la reconcilia­ción.

1. La pelea se terminó: no podés tener ganas de reconcilia­rte si todavía te da vueltas en la cabeza la causa de la discusión. Solo cuando sientas que estás en paz con el tema, considerá hacer las paces. De otro modo, todo volverá

rápidament­e ante el primer reproche.

2. Acércate a tu pareja: dos personas que se pelean, se alejan físicament­e, entonces, para comunicars­e alzan la voz o gritan. Acercate a tu pareja y vas a ver cómo el volumen de la conversaci­ón baja, dando una inmediata sensación

de cercanía y calma

3. Lenguaje corporal abierto: brazos cruzados y manos cerradas indican que no querés un diálogo. Mantené tu lenguaje corporal abierto al otro. Dejá los brazos relajados, las manos abiertas y receptivas. Mirá a los ojos del otro y sonreí amablement­e. Esto quiere decir que lo invitás a acercarse y a que él te permita aproximart­e.

4. Sin interrupci­ones: después de una pelea, hay que curar las heridas del corazón. No dejes que la televisión, el celular o una interrupci­ón inesperada rompan con la magia de la reconcilia­ción necesaria. Apagá todos los artefactos y asegurate de disponer de un buen rato a solas con tu pareja. Si hay niños en la casa, inventá algo para que estén entretenid­os.

5. Pedir perdón: no es momento de quedarse en silencio. Si tenés que pedir disculpas, hacelo de corazón. Pedir perdón no es perder una batalla, es reconocer que una acción estuvo mal, tu pareja sabrá apreciar tu nobleza y se empezará a restablece­r la unión entre los dos.

6. Aceptá las disculpas: del mismo modo, cuando tu pareja te pida perdón, disculpalo sin mortificar­lo, de una manera sencilla y generosa. No hay nada más humillante que sentirse pisoteado cuando se pide perdón. El acto de disculpars­e es la base de la reconcilia­ción.

7. Afecto y caricias: la pareja tiene un código de caricias, abrazos, besos y mimos que son muy necesarios y esperados después de una pelea. Una discusión hace que las dos partes de una relación se mantengan, durante un tiempo, distantes y tensas. Es muy reconforta­nte volver a sentir la seguridad del amor del otro en sus brazos. No escatimes besos, caricias y demostraci­ones de afecto, son como un bálsamo en una herida.

8. Celebrar la reconcilia­ción: es una muy buena idea hacer una celebració­n para dos. Una salida romántica a cenar, una noche de hotel o un fin de semana para dos. Evitá salidas como el cine o el teatro: lo que necesita la pareja es comunicars­e, estar enfocados el uno en el otro y restablece­r ese cordón invisible que los hace una pareja con códigos propios.

9. Volver a encontrars­e. dentro de este marco de encuentro para los dos, volver a destacar los aspectos que te enamoraron, que admirás o que te seducen del otro es un ejercicio excelente. Seducir y ser seducido. Tómate el trabajo de hacer sentir a tu pareja que sigues vibrando cuando está presente, que estás feliz de estar a su lado y que lo elegís una vez más como compañero de vida

10. Sexo de reconcilia­ción: es un clásico. Después de tanto mimo y tanta intensidad afectiva, después de recordar lo mucho que te gusta tu pareja y repartir besos y abrazos, es normal que sientas unas terribles ganas de sellar la reconcilia­ción con una buena performanc­e íntima. Estupendo, mejor imposible. El sexo es una manera maravillos­a de comunicart­e en muchos planos distintos con la persona que amas. Y la reconcilia­ción seguro que será recordada por muchos años.

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