Piel sensible
UV y la exposición prevista. En general se sugieren fotoprotectores de amplio espectro: aquellos que protegen contra la radiación UVB y UVA con un FPS de un mínimo de 15. Se caracteriza por su rápida reacción a cualquier estímulo externo o interno, como por ejemplo el enrojecimiento, descamación, sensación de tirantez, y manchas rojas que aparecen y desaparecen espontáneamente. El clima seco, el uso de productos que irritan la piel o provocan alergias, algunos alimentos y plantas además del factor del estrés, pueden producir una reacción adversa en la piel. Estadísticamente, el problema de la sensibilidad en la piel afecta a más del 60% de las mujeres, y el 30% de los hombres. Cómo cuidarla: para que la piel sensible luzca de la mejor forma posible, se recomienda empezar por la alimentación. Se deben incluir ciertos alimentos ricos en vitamina C (kiwis, naranjas, frutillas, etc.); se debe reducir o eliminar el consumo de bebidas alcohólicas (que resecan la piel y el organismo) así como el de alimentos picantes o que contengan especias propensas a causar alergias. También, es necesario evitar los lugares demasiado calientes y húmedos, ya que ocurre lo mismo al exponerse al sol. El protector solar elegido debe aliviar el enrojecimiento: por este motivo, las fórmulas con Febrifugia resultan muy eficaces gracias a su acción sobre las células con quemadura solar inducida por UV.