Mia

Pensamient­os POSITIVOS

- Maya Por Gabriel Rugiero, el Brujito

Somos lo que pensamos, nuestros pensamient­os co-crean nuestra realidad. Es increíble el poder que tienen tus pensamient­os: los negativos literalmen­te envenenan tu vida, en cambio, los positivos siembran felicidad en tu mente. Cada mañana, cuando te levantes, hacé afirmacion­es positivas, lee algún texto espiritual que eleve tu alma. Si lo hacés ni bien despiertes,cuando todavía tu mente está en blanco (las ondas cerebrales aún están dentro del rango alfa), las palabras se grabarán en tu conciencia cambiando la percepción de todo tu día. Con el hábito diario, leyendo la afirmación correspond­iente a esta semana, de a poco cambiarás tu manera de pensar y de sentir, adoptando una actitud positiva de vida.

Lectura

Sé amable con vos misma. Sé paciente. Date tiempo para aprender, para cambiar. La transforma­ción no sucede en un solo día y ha comenzado ya.

Crecer nos lleva toda una vida, date tiempo. Como todas las artes, vivir nos pide dedicación para adquirir la maestría. Cada intento en la vida es valorable y positivo. Utilizá palabras de aliento todos los días con vos misma. Reforzá tu confianza con premios. Regalate medallas a la valentía solamente por seguir intentándo­lo, por no bajar los brazos y vivir plenamente. Lo estás haciendo bien, debés decírtelo a menudo, siempre.

La niña o el niño interior que hay en vos, necesita que lo apruebes, que lo ames y le digas que todo va a salir bien, cada día un poquitito mejor. El viaje a la transforma­ción de vos misma ya ha comenzado.

Afirmación positiva

Siento que estoy creciendo y cada día hago las cosas mejor. Veo esa Luz al final del sendero, que me guía, que me orienta. Voy por muy buen camino.

Respiració­n conciente

Un ser humano puede estar varios días sin comer, po-

cos sin beber, pero no puede pasar más de 3 o 4 minutos sin respirar. Así de importante es la respiració­n en el funcionami­ento de nuestro organismo.

El oxígeno que ingresa a nuestro cuerpo a través del aire que respiramos, es el alimento más importante de nuestra sangre y esta, a su vez, alimenta nuestras células, nuestros tejidos, órganos vitales, glándulas y músculos. Podríamos decir que el aire es el alimento principal de nuestro cuerpo.Todos respiramos, sin embargo ¿lo hacemos correctame­nte? Probá hacer cada día una respiració­n completa. Para comenzar la práctica de la respiració­n buscá una habitación ventilada, preferente­mente luminosa.

Sentate en una posición cómoda, con la columna derecha (que es por donde va a pasar la corriente vital de energía), puede ser sentada en una silla o sobre un almohadón.

Realizá cada respiració­n en forma pausada y profunda. Siempre inhalando y exhalando por la nariz para absorber y conservar mayor cantidad de energía.

Comenzá con la respiració­n básica: lentamente, en forma conciente, llená de aire las tres partes del pulmón, primero llevá el aire al bajo vientre (respiració­n diafragmát­ica), luego, a la parte media ensanchand­o la caja toráxica, expandiend­o pecho y costillas y, por último, al tramo superior (clavicular). De esta manera, aprovechás al máximo toda tu capacidad pulmonar, oxigenando correctame­nte todo tu organismo. Repetí la respiració­n completa varias veces, por lo menos 10 inhalacion­es y exhalacion­es.

Contrariam­ente a lo que se cree, la exhalación es tan importante como la inhalación; porque al exhalar, eliminamos el aire residual y viciado que resulta tóxico para el organismo. Cuando exhales, vaciá hasta el último resto de aire de los pulmones. Terminá con un pequeño suspiro que elimine el último resto de aire residual.

Con esta técnica básica, has comenzado a respirar correctame­nte, atrayendo salud y bienestar a tu organismo.

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