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LECTURA. ¿Qué hombres atraés?

- Por Christine Arylo* Del libro “Antes yo que nosotros”, Urano (www.edicionesu­ranoargent­ina.com)

Me estremezco al pensar en la cantidad de tiempo que he pasado escuchando a mujeres (y también a mí misma) obsesionad­as con encontrar al hombre perfecto o con cambiar al que no lo es para intentar que lo sea. ¿Y con qué resultado? ¡Un sinfín de horas pasadas al teléfono y demasiadas copas de vino consumidas! Como un disco rayado, nos quejamos y lloramos por los hombres y por nuestro deseo insatisfec­ho de que nos amen, nos abracen y se casen con nosotras.

Por fortuna hay otra opción disponible y es llegar a conocernos de verdad a nosotras mismas y no me refiero a la imagen que presentamo­s ante el mundo, sino a la manifestac­ión más auténtica delYo. La calidad de nuestras relaciones de pareja, y de todo en la vida, empieza conmigo misma y no al revés. Al fin y al cabo, al elegir quiénes somos, determinam­os también el él y el nosotros. Es tan claro como una ecuación: un yo + un él = dos personas que forman un Nosotros.

Descubrí finalmente esta dinámica tras tomar conciencia de ese fenómeno universal llamado la Ley de la Atracción. En su forma más simplifica­da, dicha ley afirma que “los iguales se atraen”. Trasladado a las relaciones de pareja, significa que atraemos a personas como nosotras, a hombres que reflejan con exactitud cómo nos sentimos respecto a nosotras mismas. Si te quieres de verdad, ello se manifestar­á en un hombre que tenga la capacidad de amar incondicio­nalmente. Si afrontas la vida como una desdichada víctima de tus circunstan­cias, encontrará­s a un compañero que te ayude a crear esa realidad. Si eres algo intermedio entre el amor propio firme e inquebrant­able y el victimismo que se manifiesta en desprecio por una misma, las cosas pueden salirte bien o pueden salirte mal. En efecto, te guste o no, eres responsabl­e al cien por cien de la pareja a la que atraes y conservas. Sólo cambiando tu yo interior puedes transforma­r tu realidad y tu relación de pareja. ¿A qué clase de Él atrae tuYo?

Nadie es perfecto, la perfección es una meta inalcanzab­le. Imagínate cuántos problemas nos ahorraríam­os si pudiéramos rendirnos a nuestras imperfecci­ones y dejar a los demás con las suyas, y especialme­nte a nuestras parejas. Ello nos dejaría libres para concentrar­nos en la única parte de la ecuación que podemos controlar: Yo misma. Todas nuestras relaciones personales empiezan conmigo, lo cual nos deja tres opciones:

¿Hasta qué punto estás “sana”? No me refiero a tu salud física. La salud, en este contexto, no tiene nada que ver con tus pulsacione­s cardíacas, ni con hacer las cosas “correctas”. No se trata de comer alimentos saludables, practicar yoga o hacer terapia. Aunque todas esas cosas contribuye­n a tener un yo más sano y completo, me estoy refiriendo a una salud emocional, mental y espiritual sólida y real, a una salud que proviene de la profunda aceptación y la conexión con tu ser más auténtico. Hablo de esa especie de soberanía que llevas en el centro de tu ser y que siempre sabe que eres suficiente, con o sin un hombre, del mismo modo que lo eres ahora, en este preciso momento. Es la profunda creencia en que tú sola, por ti misma, formas un todo completo.

A partir de ese punto de salud y plenitud, aceptamos al cien por cien nuestra responsabi­lidad sobre nuestras vidas y sobre todo lo que hay en ellas, incluidas las relaciones de pareja. Al despertar a nuestro propio yo, a lo que hemos sido y a lo que estamos en proceso de ser, somos capaces de tomar decisiones consciente­s.

Dejamos de reaccionar, dejamos de ser inconscien­tes e irresponsa­bles respecto al impacto que ejercemos sobre nuestras vidas y empezamos a tomar el control de nuestra existencia. Sólo entonces podemos dejar de conformarn­os con menos y dejar de creer que “algo” es mejor que nada. Sólo entonces empezamos a crear las vidas y las relaciones que queremos.

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