Miedo al encierro
La claustrofobia, es una fobia específica por la cual una persona reacciona con desesperación al quedar en el interior de un lugar cerrado: ascensor, subte, tren, avión, túnel, también dentro de los dispositivos diagnósticos comoTAC o la resonancia magnética.
La evolución y complicaciones son muy variables pero tiende a ser un cuadro fluctuante y crónico.
El Lic. Santiago Gómez, Director de Decidir Vivir Mejor y del Centro de Psicología Cognitiva, afirma que, “según el Manual de Diagnóstico de Salud Mental (DSM-IV), la claustrofobia pertenece a los Trastornos de Ansiedad. Esto significa que el sujeto evita los lugares cerrados, el aglomeramiento de gente, etc., por la ansiedad excesiva que le generan.”
La claustrofobia es un problema que puede traer severas consecuencias en la vida normal de una persona porque, si bien, no tiene miedo al espacio cerrado en sí mismo, sí a las posibles consecuencias negativas como quedarse encerrado o la asfixia si no hay suficiente aire.
Los síntomas más comunes son: falta de aire, ahogo; temor a morir asfixiado; taquicardia; sudoración; mareos; desesperación; palpitaciones; opresión en el pecho.
El especialista sostiene que, cuando la persona tiene que subir al ascensor comienzan a aparecer los pensamientos anticipatorios como “me voy a quedar encerrado”; “me va a faltar el aire”; etc. Dichas imágenes activan el Sistema Autónomo Simpático, como señal de peligro generando síntomas físicos como sensación de ahogo; palpitaciones; taquicardias; sudoración; inquietud, con lo que la ansiedad aumenta tanto, que la persona decide evitar subir al ascensor y de esta manera, el estado de malestar y ansiedad disminuye.
“Las personas que padecen de claustrofobia tendrían que pedir ayuda para poder solucionar dicha problemática. En la actualidad, las investigaciones demuestran que la Terapia Cognitiva Conductual, resulta muy efectiva en el tratamiento de la claustrofobia y se la puede vencer en muy poco tiempo”, explica Gómez.