Nuevas guías de tratamiento de la OBESIDAD INFANTIL
Tras un año de trabajo interdisciplinario, el Grupo Pediátrico de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN) presentó –en el marco del XX Congreso Argentino de Nutriciónuna Guía para el abordaje de ciertos aspectos de la obesidad en niños y adolescentes y sus comorbilidades. La elaboración del documento estuvo coordinada por la Dra. Olga Ramos, médica honoraria del Hospital Pedro de Elizalde y Directora de la Carrera de Nutrición Pediátrica de la Facultad de Medicina de la UBA. Fueron invitados a colaborar distintos subespecialistas pediátricos: endocrinólogos, psiquiatras y farmacólogos entre otros. Los expertos de la SAN consideran que un buen plan de alimentación es aquel que el niño pueda sostener a lo largo del tiempo y al que su familia pueda adherirse. Lo ideal es que cumpla con las siguientes proporciones diarias: 50% de hidratos de carbono; 20% de proteínas (con predilección por las de origen animal); y 30% de grasas.A la hora de pensar cuáles son las causas de un niño obeso, la Dra. Ramos no lo duda: “la ingesta de alimentos con alto valor calórico (azúcares simples, grasas, exceso de harinas, bebidas gaseosas azucaradas) y la falta de actividad física son promotores de la ganancia de peso en esta población. Es indudable que el entorno familiar es fundamental en el desarrollo de esta enfermedad, así como de su evolución. En la actualidad los niños tienen menos posibilidades de actividad física por distintas razones: inseguridad, padres ausentes por trabajo, facilidades tecnológicas que favorecen el sedentarismo: televisión, computadora, tablets, etc.
Más allá del plan de alimentación, la prescripción de educación física es el otro componente clave para el abordaje de la obesidad infantil. Lo ideal, dicen los expertos es que sea personalizada. Hay que adaptar el tipo de ejercicio a las posibilidades físicas, emocionales y económicas del chico. El caminar es útil, sencillo y fácil de implementar. La base de todo tratamiento está en el equilibrio entre lo que se come y lo que se gasta a través de la actividad física.
El documento concluye que la obesidad constituye en la actualidad un problema de salud epidémico que no se logra controlar en su totalidad. Esta situación compromete a los pediatras en la prevención precoz, el diagnóstico, tratamiento, pronóstico y derivación oportuna al pediatra especializado, cuando se considere necesario. Esta última consulta debería hacerse, en primer lugar, por el grado de obesidad y, en segundo lugar, ante la sospecha de obesidad secundaria (causas genéticas o endocrinológicas) o presencia de comorbilidades.