A LA COCINA
Infusión de jengibre Picar una cucharada de jengibre fresco y agregar a una taza de agua hirviendo; añadir una cucharadita de miel y el jugo de un limón. Dejar reposar tapado por 10 minutos y beber caliente.
Vaporizaciones de eucalipto Ideal para abrir las vías respiratorias: vaciar agua muy caliente en una vasija amplia y agregar aceite u hojas de eucalipto, poner una toalla en la cabeza para atrapar la mayor cantidad de vapor y poder respirarlo. ¡Cuidado con las quemaduras!
Irrigación nasal Para un alivio instantáneo de la congestión nasal podemos mezclar 1/ 4 de cucharadita de sal marina o del Himalaya y 1/ 4 de cucharadita de bicarbonato, en una taza de agua tibia. Aplicar un par de gotas en cada fosa nasal, luego inclinarse hacia adelante para que escurra un poco y sonar la nariz con suavidad. Podemos guardar la preparación en un gotero y tenerlo disponible para usar varias veces al día.
Jala Neti Otra opción más sofisticada que la irrigación nasal es la limpieza yóguica o jala neti. Primero debemos calentar agua a temperatura corporal y diluir en ella una cucharadita de sal por cada medio litro con el propósito de aproximarse a la temperatura y salinidad de los conductos nasales; luego con una lota (especie de tetera de cerámica, bronce o plástico con un tubo que se introduce por nariz y que se suele adquirir en tiendas de salud) se introduce la solución salina por una fosa nasal de tal modo que salga por la otra permitiendo que la suciedad, el mucus, las bacterias y las toxinas en general sean arrastradas por el flujo de agua. Para lograrlo, hay que inclinar el cuerpo hacia delante sobre la pileta del baño, ladear la cabeza, inclinar ligeramente el tronco hacia delante buscando una posición en la que el agua caiga hacia la otra fosa nasal simplemente por efecto de la gravedad. A medida que vamos adquiriendo habilidad, regular el ángulo de inclinación de la cabeza a efectos de mejorar la circulación del agua buscando una mejor y más cómoda limpieza. Insertar la punta de la lota primero en un orificio de la nariz y verter poco a poco la mitad del contenido. Sonar suavemente la nariz y repetir el proceso con el otro orificio. Un secreto consiste en abrir la boca y respirar por ella con naturalidad para evitar un efecto de vacío.