Cuando alimentarse es un problema
Los trastornos alimentarios no incluyen únicamente a la anorexia y a la bulimia. Existen los llamados subumbrales ó no especificados, pero que constituyen el mayor número de consultas que realizan los pacientes a los especialistas. De hecho, el menor número de consultas es por anorexia nerviosa; luego le siguen las consultas por bulimia nerviosa y, por último, el mayor porcentaje es respecto a consultas de pacientes subumbrales ó no especificados. Éstos no llegan a tener todas las pautas diagnósitcas de anorexia y bulimia. En algunos casos son de menor gravedad y en otros pueden llegar a tener el mismo grado que la anorexia y la bulimia. Esto depende de la base psicopatológica que tenga el paciente.
Otro tipo de trastorno alimentario es el conocido como “Síndrome por atracón”, que comparte una conducta alimentaria similar a la persona bulímica, pero sin mecanismos compensatorios (vómitos, ingesta de laxantes o diuréticos, entre otros). El 30% de los pacientes que consultan a un especialista por cuestiones de obesidad tienen el “Síndrome por atracón”.
Es importante recalcar que no toda persona que tiene un proceso de adelgazamiento o haya tenido alguna comida compulsiva y haya vomitado alguna vez, es necesariamente anoréxica o bulímica.
La adolescencia es una etapa de la vida en la cual se desarrollan grandes cambios a nivel corporal y psicológico; dando lugar al temor y a la inseguridad.
Es así como muchos de ellos se refugian en el hecho de querer pertenecer a sus pares a través de una imagen corporal aceptada socialmente, llevándolos a estar pendientes de una dieta, de qué comen, qué no comen, cuánto pesan, si bajaron de peso o no, si los hidratos de carbono y las grasas son buenos o no.
Los diferentes trastornos alimentarios denominados como “enfermedades multideterminadas”,pueden deberse a factores biológicos, dentro de los cuales encontramos la genética; factores endócrino-metabólicos; factores psicológicos, y los factores sociales, es decir, el peso de la sociedad de buscar una imagen delgada.
En general, la sociedad occidental “empuja”, a través de publicidades, a poseer un cuerpo que, en muchos casos, genéticamente es imposible de lograr. Entonces se promocionan dietas estándar, que pasan por alto las necesidades particulares que puedan tener una mujer, un/a adolescente, una embarazada o un hombre. Estos regímenes “mágicos” que proponen resultados “rápidos” y “seguros” son nocivos para la salud; ya que quitan grandes grupos de alimentos por un período largo de tiempo, el resultado no es inocuo para la salud orgánica y la salud psíquica de la persona.
La alteración de ésta conducta alimentaria a través del tiempo produce alteración de la secreción de ciertas sustancias del sistema nervioso central y periférico; que van perpetuando el ciclo.
Es sumamente importante realizar consultas precoces y llevar a cabo un tratamiento multidisciplinario, donde intervengan psiquiatras, psicólogos, médicos nutricionistas, licenciados en nutrición y especialistas en actividad física, dependiendo de lo que necesite el paciente en cada momento.
La importancia del apoyo familiar es clave en los pacientes que padecen estos trastornos, porque en ellos influye el factor psicológicog familiar. Al ser ppacientes vulnerables,, en su mayo-y ría adolescentes y niños,ños, que aún dependennden de su familia,a, necesitan de la contención de suu entorno íntimoo para po-poder llevarevar a cabo el tratamiento.tamiento.