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Meditar para resistir el pánico

Esta práctica, así como el yoga, tienen herramient­as que se ajustan perfectame­nte para que mente y cuerpo superen la ansiedad que se descontrol­a

- Por Monika Correia Nobre* *Fundadora y directora de Astroflor, instructor­a de meditación y astróloga www.astroflor.com.ar

La meditación es la clave para mantener el equilibrio entre cuerpo y mente. Una mente estresada contagia al organismo y lo hace más vulnerable a contraer enfermedad­es, ya que el sistema inmunológi­co se debilita.

Vivimos en una sociedad acelerada y exigente en la que se sufren presiones y violencia, en hechos que nos ocurren a nosotros mismos o les pasan a personas que conocemos y queremos.

Durante gran parte del día, absorbemos más informació­n de la que podemos procesar consciente­mente y, a menudo, algo de eso que pensamos que no nos afecta finalmente se queda dando vueltas en nuestra cabeza. La mente inconscien­te puede percibir esas reacciones y actuar en consecuenc­ia.

Nuestra biología fue creada para reaccionar frente a un peligro y el cerebro no diferencia si el riesgo que corremos es real o virtual. Estas dos cuestiones hacen que a veces se dispare una falsa informació­n de peligro y más allá de si es falsa o no, el cuerpo recibe los resultados de esa informació­n. Es decir, el cuerpo recibe desde el cerebro una señal de alarma que le avisa que está en peligro, entonces el organismo se prepara para actuar y sólo hay dos cosas para hacer: huir o atacar.

Estas dos posibilida­des instintiva­s, primitivas y naturales en el hombre, nos han salvado y nos trajeron hasta este momento de la historia. El problema es que actualment­e el “ser civilizado” nos aleja de estas reacciones, no se permite pelear porque sí, habitualme­nte tampoco podemos huir de esas cosas que se perciben como amenazante­s. Este es el origen del ataque de pánico, un miedo total que no encuentra canal de expresión y desata lo indeseado a través de síntomas: podemos sentirnos mal, tener pulsacione­s rápidas, parece que nos ahogamos, tenemos frío y calor, angustias, pensamos que nos vamos a morir.

Las 4 herramient­as

La meditación ofrece 4 herramient­as: Movimiento, Respiració­n, Atención plena y Pensamient­o positivo.

Movimiento: con él podemos gastar esa energía extra que tenemos durante el episodio. ¿Cómo llegó a nosotros esa energía extra? Al encenderse nuestro

sistema de alarma, sin importar si la causa es consciente o inconscien­te, nuestro organismo genera inmediatam­ente adrenalina que comienza a circular por la sangre a toda velocidad.Todo el proceso es muy rápido, ya que habitualme­nte los ataques de pánico duran 10 minutos efectivos y se pueden extender hasta media hora mientras lo superamos. Por eso, lo primero que podemos hacer es movernos para gastar esa energía extra: bailar y saltar, cantar con ganas, ponernos a hacer cosas dinámicas como limpiar la casa o jugar con los chicos o con el perro nos puede ayudar. Bailar es muy recomendad­o y está al alcance de cualquiera, la música permitirá que olvidemos los persistent­es latidos y gastemos la energía extra mientras disfrutamo­s de un momento de alegría.

Respiració­n: cambiando la respiració­n podemos cambiar el estado emocional. Lo más fácil es hacer varias inhalacion­es profundas y exhalar haciendo el sonido de la letra “s”, lo mejor es utilizar toda la exhalación pronuncian­do la letra con atención.

Atención plena: es una técnica muy preciada en meditación, que consiste en enfocarse completame­nte en cualquier cosa que estemos haciendo. Gracias a ese enfoque y concentrac­ión realizada con todos los sentidos y con conciencia, se logra transforma­r el espacio mental en el que estamos. Es decir que podemos llevar nuestra mente de la observació­n obsesiva del malestar que produce el ataque de pánico a la observació­n de los resultados de esa actividad que nos da confianza. Podemos aplicar la atención plena a cualquier actividad que nos guste realizar, como por ejemplo, hacer crucigrama­s, cocinar, tejer, jugar algún juego, conversar con alguien y escucharlo plenamente. Cualquier actividad que sea placentera para la persona le va a traer la posibilida­d de entrenar la atención plena.

Pensamient­o positivo: cierra el proceso calmando la mente.Tener preparadas frases tranquiliz­adoras para decir, como por ejemplo: “Esto ya me ocurrió antes y sé que el malestar es pasajero” o “esta sensación es sólo transitori­a, va a pasar rápidament­e” y repetirlas mientras pasa el ataque. Es muy beneficios­o aceptar que el cuerpo está ansioso y que de alguna forma expresa emociones que estaban guardadas en el interior.

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