Los cinco más saludables
Queso cottage: no solo es una valiosa fuente de proteínas, alrededor de 15 g por porción, sino que además es bajo en sodio. Es más, estudios médicos lo señalan como el de menor contendio de sodio entre todos los quesos. Se cree que el cottage es lo más parecido al primer queso creado en su historia. Su nombre surgió de la costumbre de elaborar quesos sen- cillos en casas rurales (cottages) a partir de cualquier leche sobrante tras preparar la mantequilla. El término fue usado por vez primera en 1848.
Queso parmesano: si bien es un queso con alto contenido graso, y por lo tanto hay que consumirlo con moderación, una espolvoreada sobre un plato de pasta o de una ensalada alcanzan para producir efectos muy positivos sobre el organismo. Un estudio recientemente publicado revela que este tipo de queso es particularmente sabroso, por lo tanto mejora el sabor de otros alimentos bajos en grasas, además de ser bueno para la digestión.
Queso suizo: los especialistas en nutrición aseguran que comer regularmente queso suizo aporta dosis considerables de calcio y proteínas. Dos rebanadas de este tipo de queso contienen alrededor del 45% de la ingesta de calcio diaria recomendada, además de 15 gramos de proteínas.
Queso de cabra: todavía hay mucha gente que no lo ha probado pero cuando lo hacen, les encanta. El queso de cabra es una delicia, suele ser algo más caro que el de vaca, pero vale la pena pagar el sobreprecio por sabor y beneficios a la salud: 5 g de proteína por cada 28 g de queso.
Queso provolone: hecho con leche de vaca y típico del sur de Italia, contiene altos niveles de proteína, aunque a diferencia del queso cottage o el de cabra, es alto más alto en sodio. Aún así, sigue siendo de los más sanos. Ideal para acompañar vinos rojos.