ALIMENTACIÓN CONCIENTE.
Más luz interior
Por Pablo de la Iglesia*
está tratando de entender racionalmente de qué va esto, hay un esfuerzo racional y sincero para apropiarse de estos conocimientos. Estamos aprendiendo a caminar y yo estoy para apoyar.
Luego, el deseo los conduce a preguntarle al “experto” y, en el caso que desearas llevar un estilo de vida vegetariano, me estarás preguntando cosas como “¿con qué reemplazo la carne?”, “¿puedo padecer carencia de vitamina B12?”, “¿no me puedo volver anémico?”. Son preguntas que racionalmente, a través de la adquisición de conocimientos objetivos en el terreno intelectual, ya has superado seguramente, pero como en toda nueva búsqueda impulsada por saludables emociones surgen como contrapartida desafiante algunos miedos que nos ponen a prueba pero que están allí para fortalecernos. ¡Son nuestros primeros pasos! Es lógico que lo hagamos con algunos titubeos.
Tras algunas idas y venidas, algún tropiezo y alguna caída, de lidiar con la incertidumbre del crecimiento y seguir adelante confiando en nosotros mismos, comenzamos a experimentar momentos de autonomía que vienen acompañados de plenitud y dicha. Nos damos cuenta, sin renunciar al conocimiento intelectual sino integrándolo en visiones más poderosas, que nuestros instintos e intuiciones son una invaluable fuente de información para seguir creciendo y evolucionando en nuestro camino único e irrepetible.
Así, el camino de la alimentación consciente se vuelve nuestra mejor escuela para potenciar nuestras inteligencias intelectual y emocional, dándole también lugar a la espiritual, una esfera de nuestro ser que las abraza a ambas y va más allá. Un tiempo en el que empezamos a brillar con luz propia.