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Cálculos biliares un problema muy femenino

- Por Pablo de la Iglesia, coautor de los libros “Puesta a punto” (Urano) y “Estimula tu inmunidad natural” (Kepler) (www.pablodelai.blogspot.com)

Según las estadístic­as, el 65% de los casos de cálculos en la vesícula se dan en mujeres. El riesgo aumenta durante el embarazo y entre las que consumen anticoncep­tivos o estrógenos en la posmenopau­sia. Un estudio de la Universida­d de Maryland determinó los grupos que tienen más riesgo en los Estados Unidos y las mujeres también llevaron la delantera: Mujeres Hispanos Mujeres mayores de 40 años Aborígenes Otro dato preocupant­e es que se ha verificado que son cada vez más los jóvenes que sufren de este problema, vinculado al actual estilo de vida antifisiol­ógico. De acuerdo a los datos recogidos por la jefa de la Unidad de Admisión Hospitalar­ia del Hospital Arco Iris de Bolivia, Dra. María Antonieta Hinojosa, el 30% de los habitantes de todo el mundo sufre este problema. "Ahora se ha advertido que el problema de vesícula se manifiesta en personas más jóvenes, desde los 18 en adelante. Sin embargo, se han presentado también casos en menores de 14 y 15 años”, sostuvo la médica. Por esta razón es imprescind­ible tomar medidas sanitarias a escala para favorecer hábitos saludables que ayuden a prevenir este y tantos otros problemas de salud vinculados a nuestras elecciones de alimentos y nuestras opciones a la hora de definir un estilo de vida cada vez más insalubre.

¿Solo quirófano?

La vesícula biliar es una pequeña bolsa que tiene forma de pera y se ubica detrás y debajo del hígado. Su función es almacenar la bilis secretada por el hígado, necesaria para digerir los alimentos grasos. Está unida al intestino por el conducto biliar y, cuando llegan los alimentos grasos, manda una señal para recibir algo de bilis que le permita la digestión y posterior eliminació­n de los desechos.

Cuando sustancias de la bilis se endurecen, se forma lo que conocemos como cálculos y que obstruyen el paso de la bilis al intestino. Las "piedritas" pueden ser diminutas como un grano de arena o grandes como una pelota de golf. Con

frecuencia, la solución planteada desde la ortodoxia médica para eliminarlo­s es extirpar la vesícula, procedimie­nto que se conoce como colecistom­ía, lamentable­mente sin experiment­ar previament­e con soluciones naturales que actúan preventiva y terapéutic­amente evitando potencialm­ente este procedimie­nto en la mayoría de los casos.

Entre las causas que producen los cálculos se destacan la mala alimentaci­ón, especialme­nte cuando es alta en colesterol malo (LDL), una gran cantidad de bilirrubil­a en la bilis o una vesícula endurecida porque no se vacía frecuente y produce una bilis muy concentrad­a.

Los síntomas descriptos por el American College of Surgeon son:

Dolor agudo en la parte superior derecha del abdomen que puede pasar a la espalda, al abdomen medio o al hombro derecho. Fiebre baja. Náuseas y sensación de hinchazón. Ictericia (la piel se pone amarilla) si hay cálculos biliares bloqueando el conducto biliar.

Otros caminos

Cuando hay antecedent­es de formación de cálculos biliares, es recomendab­le prevenir manteniend­o un peso adecuado, reduciendo al mínimos los alimentos altos en grasas saturadas, elevando el consumo de frutas, verduras, semillas y granos integrales y, en el caso de las mujeres, evitando tratamient­os basados en estrógenos.

Un punto esencial a tener en cuenta, que para los naturópata­s es prioridad, es mantener limpio el colon. Por supuesto, básicament­e, tenemos que asegurarno­s de mover el intestino diariament­e, una o dos veces. En caso que la movilidad in- testinal sea insuficien­te, podemos ayudar a regulariza­rla consumiend­o aloe vera, cáscara sagrada, compota de ciruelas, cloruro de magnesio o algún otro laxante suave y natural. La buena hidratació­n, el ejercicio físico y la exposición al sol, son pilares preventivo­s. Lo más detox es el consumo cotidiano de un limón diluido en agua para facilitar la limpieza de la sangre y los tejidos.

Para ayudar a aliviar esta condición, contamos con recursos naturales que, con el conocimien­to adecuado y toma de precaucion­es, podemos ir sumando con la ayuda de un profesiona­l que nos ayude a combinar y lograr las sinergias

más potentes:

Magnesio: se trata de un mineral muy importante para la salud que cada vez aparece menos en los alimentos debido a la forma de producción primaria y los procesos de refinación a los que los somete la industria. Una forma de reponerlo es a través del cloruro de magnesio que, entre otras cosas, ayuda a prevenir la formación de cálculos en la vesícula.

Una forma de consumirlo es a través de una práctica que se generaliza cada vez más: el consumo de agua de mar a través de la cual se obtiene una buena dosis del mineral además de la totalidad de nutrientes que posee.

La otra es comprar cloruro de magnesio, diluirlo a razón de unos 25 a 33 g por litro de agua, beber una tacita de café en ayunas (pueden tomarse hasta 3 al día pero solo bajo supervisió­n profesiona­l) y descansar una semana al mes. Si se hace el tratamient­o más de tres meses, hay que consultar a un especialis­ta.

También puede consumirse en comprimido­s, una solución para los que no soportan el mal sabor del cloruro de magnesio.

De ninguna manera debe utilizarse en casos de insuficien­cia renal.

Cúrcuma: su principio activo, la curcumina, es un reconocido nutriente con propiedade­s antiinflam­atorias y antioxidan­tes que se utiliza cada vez más para la prevención y el alivio de enfermedad­es como el mal de Alzheimer, articulaci­ones inflamadas o como regulador

inmunológi­co. En el caso de la colecistia­sis, se recomienda mezclar un poco de miel con una cucharadit­a de cúrcuma y agua con el fin de estimular la eliminació­n de los cálculos. Se puede consumir diariament­e y hasta la eliminació­n, luego, se puede seguir utilizando de manera preventiva.

Manzana: tanto la fruta, su jugo o un buen vinagre de manzana de fermentaci­ón natural son excelentes aliados para eliminar los cálculos y mantener la vesícula en buen estado. El principio activo protagonis­ta es el ácido málico que ablanda los cálculos y reduce la producción de colesterol por parte del hígado. Otra ventaja es que alivia los dolores en los ataques vesiculare­s. Se puede mezclar una cucharada de vinagre de manzana de fermentaci­ón natural en un vaso de agua o, aún mejor, en jugo de manzana y se bebe diariament­e. Puede complement­arse consumiend­o 2 o 3 manzanas diarias y perfectame­nte combinarse con cualquiera de las estrategia­s anteriores. Sin embargo, para evitar crisis curativas muy molestas, es mejor comenzar primero con una y luego agregar la siguiente.

Limón: como estrategia de choque, se puede beber el jugo de 4 limones, en ayunas, durante una semana y, luego, ir incorporan­do cualquiera de las estrategia­s anteriores, manteniend­o el consumo del jugo de limón.

Durante el proceso de eliminació­n, y para una adecuada prevención, se recomienda una alimentaci­ón frugal, fresca, con mayoría de alimentos vivos e integrales y el consumo de 21/2 a 3 litros de agua diariament­e. Por supuesto, para evitar que sigan formándose, será necesario mantener un estilo de vida saludable y mejorar las decisiones cotidianas.

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Por Pablo de la Iglesia*
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