La temible artrosis
Los huesos del esqueleto se unen entre sí por medio de las articulaciones que actúan como bisagras que permiten el movimiento. Las superficies óseas se encuentran revestidas por cartílago (que es la superficie que evita la fricción) y rodeadas de líquido sinovial (que evita la fricción), y reforzadas por tendones, músculos y ligamentos.
La artrosis es una enfermedad degenerativa que hace que esa articulación se vaya dañando por múltiples factores como el paso del tiempo, el impacto repetitivo (caminata o correr), produciendo el desgaste del cartílago articular. Se produce por fricción y desgaste de las articulaciones, y con el tiempo suelen producirse deformaciones óseas (osteofitos) o desviaciones en el eje de las articulaciones afectadas.
En general se localiza en las articulaciones de carga como la cadera y la rodilla, también puede aparecer en manos, el dedo gordo del pie y la columna vertebral (cervical y lumbar), aunque cualquier articulación del cuerpo puede presentarla. Cómo prevenir:
Proteger las articulaciones manteniendo un equilibrio entre el ejercicio y el descanso, utilizando el calzado adecuado, evitando el impacto excesivo contra superficie dura.
Mejorar los malos hábitos posturales con ejercicios terapéuticos, elección del colchón, almohada y asiento adecuados.
Corregir deformidades a través de realces, plantillas u otros suplementos especiales.
Controlar el sobrepeso: manteniendo una dieta balanceada y realizando ejercicio aeróbico. Cómo tratarla: Los analgésicos y/o antiinflamatorios, solo calma momentáneamente el dolor sin atacar la causa.Actualmente se están utilizando tratamientos que apunten a regenerar el cartílago y que ese cartílago sea de buena calidad (buena calidad de colágeno), así como dar fuerza a la cápsula articular. Este tipo de tratamientos son llamados regenerativos, como por ejemplo la proloterapia, el plasma rico en plaquetas utilizado dentro de la articulación y las células madres.