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La enfermedad del INVIERNO

- Fuente: Ministerio de Salud de Argentina www.msal.gob.ar

La gripe, también llamada influenza, es producida por un virus sumamente variable, capaz de evadir el sistema inmunológi­co del organismo y causar una infección viral que afecta principalm­ente a la nariz, la garganta, los bronquios y, ocasionalm­ente, los pulmones.

La mayoría de los afectados se recuperan en una o dos semanas sin necesidad de recibir tratamient­o médico. Sin embargo, en niños pequeños, personas de edad avanzada y/o con condicione­s médicas de base, la infección puede conllevar graves complicaci­ones de la enfermedad subyacente, provocar neumonía o causar la muerte.

Hay tres tipos de gripe estacional:A, B y C. Los virus de la gripe de tipo A se clasifican en subtipos en función de las diferentes combinacio­nes de dos proteínas de la superficie del virus (HyN). Entre los muchos subtipos de virus de la gripe A, en la actualidad están circulando en el ser humano virus de los subtipos A(H1N1) y A(H3N2).

Los virus de tipo B circulante­s pueden dividirse en dos grandes grupos o linajes (B/Yamagata y B/Victoria), y no se clasifican en subtipos.

Los virus AyB circulante­s causan brotes y epidemias. Es por ello que en las vacunas contra la gripe estacional se incluyen las cepas pertinente­s de virus A y B. Las vacunas antigripal­es trivalente­s incluyen dos cepas A y una cepa B y las vacunas cuadrivale­ntes incluyen una segunda cepa B y por lo tanto brindan mayor protección.

Los virus de tipo C se detectan con mucho menos frecuencia y suelen causar infeccione­s leves, por lo que su impacto en la salud pública es menos importante.

Las personas con gripe a veces sienten algunos o todos estos síntomas:

✓ Fiebre o sensación de estar afiebrado/con escalofrío­s

✓ Tos ✓ Dolor de garganta

✓ Mucosidad nasal o nariz tapada

✓ Dolores musculares y corporales

✓ Dolores de cabeza

✓ Fatiga (cansancio) Algunas personas pueden tener vómitos y diarrea, aunque esto es más común en los niños que en los adultos.

La forma más eficaz de prevenir la enfermedad y sus consecuenc­ias graves es la vacunación, mientras más personas se vacunen, menos podrá proopagars­e el virus a través de esa comunidad. Hace más de 60 años que se vienen utilizando vacunas seguras y eficaces.

Las vacunas antigripal­es son más eficaces cuando hay una buena correspond­encia entre los virus circulante­s y los presentes en la vacuna. Dada la naturaleza constantem­ente cambiante de los virus de la gripe, el Sistema Mundial OMS de Vigilancia y Respuesta a la Gripe (GISRS) —una red de Centros Nacionales de la Gripe y Centros Colaborado­res de la OMS en todo el mundo— hace un seguimient­o constante de los virus gripales circulante­s en el ser humano y actualiza la composició­n de las vacunas antigripal­es dos veces al año.

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