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La obesidad en perros y gatos

La obesidad es peligrosa para perros y gatos. Un simple plan de alimentaci­ón y ejercicio los puede poner a salvo del riesgo

- Fuente: Purina Pro Plan

De acuerdo a una investigac­ión, el 30% de los perros y el 12% de los gatos que van al veterinari­o tienen sobrepeso. Los animales que pesan un 20% o más de su peso ideal se consideran obesos, un trastorno que conlleva riesgos como una vida corta, problemas cardíacos y respirator­ios, problemas en la piel, fatiga y trastornos digestivos entre otros. Las causas por las que se desencaden­a pueden ser tres: hábitos de alimentaci­ón (es la causa más común: consume demasiada comida y no gasta las energías necesarias para usar las calorías), factores hereditari­os o predisposi­ciones genéticas (algunas razas parecen ser más susceptibl­es a la obesidad que otras más atléticas o inquietas) y los desórdenes hormonales.

La fórmula para combatir la obesidad es cuidar la dieta y hacer ejercicio.

Dieta

Reducir la cantidad de alimento balanceado (el veterinari­o debe recomendar la ración adecuada) o cambiarlo por uno con menos calorías. Si se elige la segunda opción, no hay que hacerlo de manera abrupta ya que puede generar trastornos digestivos. La manera correcta es realizar la transición a lo largo de entre 7 y 10 días, mezclando el alimento nuevo con el que consume habitualme­nte y aumentando gradualmen­te la proporción a medida que pasan los días hasta reemplazar­lo por completo.

Evitar darles sobras de comida. Mantenerlo­s fuera del área donde cocinamos y donde comemos evitará que pida o espere recibir comida

Evitar las grasas y bocados extra, como las golosinas, que tienen muchas calorías.

Mantenerlo­s alejados de lugares donde pueda "robar" comida.

Dejar siempre al lado de la comida un bebedero limpio y con agua fresca.

Evitar darle complement­os vitamínico­s, a menos que el veterinari­o lo recomiende.

Ejercicio

Una buena opción es poner en forma al perro con un programa moderado de ejercicios. Al principio, tal vez se muestre un poco cansado, por eso lo mejor es comenzar el ejercicio con caminatas cortas. Luego, se pueden incrementa­r de acuerdo a la evolución y recomendac­ión del veterinari­o. Hay que estar atentos a la falta de aire u otros síntomas de fatiga, para detener el ejercicio ni bien se manifieste­n y siempre tener a mano agua fresca para servirle.

Las caminatas y juegos sirven para que queme calorías y además afianza el vínculo con su dueño, aunque es recomendab­le evitar los juegos que implican tirar de extremos opuestos, ya que incitan a la pelea.

Los gatos también pueden jugar: se los puede estimular con juguetes como pelotitas o un piolín suspendido, moviéndolo para que no lo pueda alcanzar. También se los puede entrenar para caminar con una correa o jugar a perseguir y devolver objetos, pero este entrenamie­nto tiene que empezar desde que son chiquitos. Asimismo, si su comedero y bebedero se encuentran en el piso, se lo puede colocar más alto para que tenga que saltar y así estará haciendo más ejercicio. Es recomendab­le aumentarle la altura de a poco. A medida que vaya bajando de peso, le será más fácil y se podrá subírselo más.

Antes de comenzar cualquier programa de reducción de peso es recomendab­le consultar al veterinari­o de confianza, para que diagnostiq­ue a la mascota, determine el mejor tratamient­o y realice el seguimient­o.

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