Teñí tu ropa
Si estás a punto de descartar esa camisa blanca que tanto te gusta porque se tornó amarillenta, no lo hagas, teñila con tintes naturales y volvé a estrenarla. En primer lugar prepará los elementos que vas a usar: agua, vinagre de alcohol, sal y algún elemento natural. Si querés obtener un tono rojizo o rosado, podés utilizar vino tinto o frutas y flores de ese color; la remolacha es una buena opción si querés un color oscuro. Para los colores amarillos o marrones, podés utilizar café, té, o algún tipo de infusión con esas tonalidades. El color amarillo fuerte se consigue con azafrán; el color verde, con jugo de hojas verdes, por ejemplo, espinacas, el púrpura hirviendo repollo colorado y, si le agregás bicarbonato de sodio, quedará
azul. Como estas, hay muchas otras opciones al alcance de la mano, sólo se trata de investigar un poco. Te contamos cómo hacerlo paso a paso:
1. Revisá la prenda y asegurate de que no tenga manchas de maquillaje, grasa, desodorante, etc. Si las tuviera, tenes que quitarlas; luego lavala solamente con jabón y enjuagala muy bien.
2. Una vez elegido el color y el elemento que vas a usar, colocá agua a hervir en una olla y, cuando empiece a burbujear, colocá el elemento elegido (fruta, verdura, etc) y dejalo hervir dos horas, aproximadamente, para que el agua quede bien colorida.
3. Una vez lista, colala, para que no quede ningún resto, y colocala en un recipiente grande, para que la prenda pueda quedar estirada.
4. Sumergí la prenda y dejala reposar varias horas, para que vaya adquiriendo el color. Si la tela flota, colocale algo pesado encima para hundirla, por ejemplo, un frasco de vidrio o un plato. De lo contrario no tomará un color parejo.
5. Una vez obtenido el resultado que esperabas, añadile una taza de sal y otra de vinagre blanco y deja en remojo durante dos horas más. Estos elementos ayudarán a fijar los colores.
Por último, retirá la prenda , escurrila muy bien y ponela a secar.Tené en cuenta que el verdadero color se verá cuando se haya secado.