Síndrome de Tourette
Araíz de que un personaje de la actual tira televisiva “Las Estrellas”, sufre de esta enfermedad, la Asociación Argentina para el Síndrome de Tourette emitió un comunicado en el que, entre otras cosas, destaca que en la serie “se hace hincapié en los insultos y groserías. Eso se denomina coprolalia y lo presenta menos del 15% de la población con Tourette”.
El Tourette (el neurólogo Georges Gilles de la Tourette fue el primero en describirlo) es un trastorno neurológico que se caracteriza por la aparición de tics, movimientos (que ocurren en la cabeza y los miembros superiores) o vocalizaciones involuntarias (sonidos o insultos), que se producen repetidamente de la misma manera.
Si bien el paciente puede, por momentos, controlar algunos síntomas se requiere de mucha voluntad y atención para lograrlo. Los tics o movimientos involuntarios pueden generar dificultades a nivel social y en las relaciones interpersonales a quienes lo padecen.
La enfermedad es, generalmente, detectada en la infancia y con el tiempo es posible que mejore o desaparezca al llegar a la adultez, aunque los tics pueden persistir o exacerbarse entre el 15% al 20% de los casos.
Previo a la aparición del tic, los pacientes suelen experimentar una sensación premonitoria de incomodidad o tensión, muchas veces en el área corporal donde aparece el movimiento, y que es aliviada al efectuar el mismo.
Lo más común es que el primer síntoma sea un tic facial, como parpadeos rápidos o contracciones de la boca. Los sonidos involuntarios tales como carraspeos y aspiraciones, o tics de los miembros, pueden ser también signos iniciales.
Además, casi un 70% de los casos de Tourette se asocia a alguna comorbilidad psiquiátrica, como trastorno obsesivo compulsivo, déficit de atención e hiperactividad, ansiedad o depresión entre otros.
Ante la presencia de tics simples o complejos, o la sospecha de Síndrome de Tourette, se debe consultar a un médico neurólogo a fin de realizar un diagnóstico y un tratamiento temprano. El tratamiento debe ser multidisciplinario, debe incluir un neurólogo o un neuropediatra con experiencia en trastornos del movimiento, un psiquiatra y un psicólogo dependiendo de las características clínicas de cada paciente. Existen varios fármacos para controlar los tics, así como también las comorbilidades psiquiátricas que existen en estos pacientes.
Existen, asimismo, terapias efectivas como la psicoterapia. Cabe recordar que el tratamiento debe adecuarse a cada paciente.
Además, algunos pacientes con tics focales pueden beneficiarse con la aplicación de toxina botulínica en el área corporal afectada por el tic. En casos seleccionados con síntomas severos y refractarios a la medicación, la cirugía de estimulación profunda cerebral es una opción.