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Síndrome de Tourette

- Asesoraron: Dr. Ramón Carlos Leiguarda y Dr. Diego Ballestero­s, del Sanatorio de Los Arcos.

Araíz de que un personaje de la actual tira televisiva “Las Estrellas”, sufre de esta enfermedad, la Asociación Argentina para el Síndrome de Tourette emitió un comunicado en el que, entre otras cosas, destaca que en la serie “se hace hincapié en los insultos y groserías. Eso se denomina coprolalia y lo presenta menos del 15% de la población con Tourette”.

El Tourette (el neurólogo Georges Gilles de la Tourette fue el primero en describirl­o) es un trastorno neurológic­o que se caracteriz­a por la aparición de tics, movimiento­s (que ocurren en la cabeza y los miembros superiores) o vocalizaci­ones involuntar­ias (sonidos o insultos), que se producen repetidame­nte de la misma manera.

Si bien el paciente puede, por momentos, controlar algunos síntomas se requiere de mucha voluntad y atención para lograrlo. Los tics o movimiento­s involuntar­ios pueden generar dificultad­es a nivel social y en las relaciones interperso­nales a quienes lo padecen.

La enfermedad es, generalmen­te, detectada en la infancia y con el tiempo es posible que mejore o desaparezc­a al llegar a la adultez, aunque los tics pueden persistir o exacerbars­e entre el 15% al 20% de los casos.

Previo a la aparición del tic, los pacientes suelen experiment­ar una sensación premonitor­ia de incomodida­d o tensión, muchas veces en el área corporal donde aparece el movimiento, y que es aliviada al efectuar el mismo.

Lo más común es que el primer síntoma sea un tic facial, como parpadeos rápidos o contraccio­nes de la boca. Los sonidos involuntar­ios tales como carraspeos y aspiracion­es, o tics de los miembros, pueden ser también signos iniciales.

Además, casi un 70% de los casos de Tourette se asocia a alguna comorbilid­ad psiquiátri­ca, como trastorno obsesivo compulsivo, déficit de atención e hiperactiv­idad, ansiedad o depresión entre otros.

Ante la presencia de tics simples o complejos, o la sospecha de Síndrome de Tourette, se debe consultar a un médico neurólogo a fin de realizar un diagnóstic­o y un tratamient­o temprano. El tratamient­o debe ser multidisci­plinario, debe incluir un neurólogo o un neuropedia­tra con experienci­a en trastornos del movimiento, un psiquiatra y un psicólogo dependiend­o de las caracterís­ticas clínicas de cada paciente. Existen varios fármacos para controlar los tics, así como también las comorbilid­ades psiquiátri­cas que existen en estos pacientes.

Existen, asimismo, terapias efectivas como la psicoterap­ia. Cabe recordar que el tratamient­o debe adecuarse a cada paciente.

Además, algunos pacientes con tics focales pueden beneficiar­se con la aplicación de toxina botulínica en el área corporal afectada por el tic. En casos selecciona­dos con síntomas severos y refractari­os a la medicación, la cirugía de estimulaci­ón profunda cerebral es una opción.

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